Tras una profunda crisis, el Valle del Cauca está saliendo a flote. Interacción entre actores sociales y macroproyectos a largo plazo soportan su reactivación.
Hace tres años, un grupo de líderes vallecaucanos, preocupados por la aguda crisis que venía padeciendo la región desde 1995, se reunió con una meta clara: sacar adelante su departamento. Las iniciativas anteriores en ese sentido habían sido fragmentadas y no resolvían eficazmente los problemas de la región, pero esta vez el proceso sí logró sumar esfuerzos y le cambió la cara al Valle del Cauca.
“La crisis nos hizo dar cuenta de la necesidad de trabajar colectivamente para trazarnos un norte común. Por eso, integramos los sectores empresarial, gobierno, fundacional y académico, y empezamos a trabajar sobre unos puntos prioritarios para la región”, recuerda Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Comercio de Cali (CCC).
El primer paso fue contratar a la firma de consultoría McKinsey y, con base en sus conclusiones, definir una visión de largo plazo. “Ellos tuvieron una experiencia similar en Puebla (México), con muy buenos resultados, y nos ayudaron a consolidar un proceso en el que veníamos trabajando, el cual se basa en la interacción entre los distintos sectores de la sociedad para reactivar la economía”, afirma Manuel José Carvajal, presidente de la junta directiva de Carpak.
Con este objetivo fue creada la Fundación Planeta Valle (FPV), para ser el eje que articulara los esfuerzos de los diversos sectores de la región. Inició operaciones en agosto de 2002 como una organización neutral de desarrollo regional y desde entonces trabaja para convertir al Valle del Cauca en una región líder en Colombia y Latinoamérica, en calidad de vida y bienestar económico y social.
El trabajo activo de reconocidos dirigentes regionales, como Alfredo Carvajal, Gustavo Gómez, Rosa Jaluf de Castro, Eduardo José Victoria, Julián Domínguez, Manuel José Carvajal y Francisco Piedrahíta, y la participación de instituciones locales como la gobernación, la Alcaldía de Cali, la Cámara de Comercio, la fundación Carvajal y las universidades del Valle e ICESI dio como resultado las sinergias necesarias para estructurar una agenda para el desarrollo del Valle del Cauca, a la que denominaron 'Unión, compromiso y acción', y en la cual quedaron definidas las 10 prioridades del departamento. "Decidimos concentrar nuestros esfuerzos en los aspectos que mayor impacto tendrían en la región, como mejorar la seguridad, definir el futuro de Emcali, garantizar la competitividad del puerto de Buenaventura, fortalecer la educación y la salud, masificar el consumo de gas, apoyar el agro, crear alternativas de vivienda y de transporte masivo y construir en Cali un Centro de Convenciones a la altura de la ciudad", anota Ximena Hoyos, directora general de Planeta Valle.
Más allá de las palabras
Pero los problemas de Cali y el departamento no daban espera y la agenda para que el Valle recuperara el terreno perdido empezó a cumplirse de inmediato, con resultados positivos. Había que reactivar sectores tan importantes como la construcción, el comercio, el agro y las exportaciones desde el puerto de Buenaventura; pero lograrlo requería esfuerzos adicionales que garantizaran condiciones óptimas de seguridad y, en consecuencia, hicieran atractiva cualquier alternativa de inversión en el departamento.
De ahí que la agenda partiera de una estrategia de seguridad que empezó por el Batallón de Alta Montaña, esperado por los vallunos desde el gobierno anterior, el cual inauguró finalmente el presidente Álvaro Uribe en los Farallones de Cali, el 5 de mayo pasado, con la entrega de una nueva red militar de 1.200 efectivos. La acción, sumada a la custodia de las principales vías de la región y a proyectos para construir dos centros de reclusión, motivó un ambiente de confianza en la zona que comienza a dar sus frutos.
La construcción en Cali, por ejemplo, uno de los sectores más golpeados por la crisis, hoy mantiene una tendencia positiva que hace un par de años era inimaginable. "El sector se ha recuperado de tal manera que las licencias de construcción crecieron 68% entre agosto del año pasado y agosto del presente", cuenta Miguel Meléndez, presidente de la junta directiva de Camacol.
Pero los avances en materia de construcción son apenas una parte de una oleada de nuevas inversiones que están impulsando la economía del departamento, gracias al trabajo conjunto de la sociedad del Valle. Entre ellas se destacan las del comercio; Malla Vial; sistema de transporte masivo (MIO), y los avances en educación y salud y en el sector hortofrutícola, pues el departamento quiere aprovechar sus ventajas competitivas.
Además, hay proyectos en curso de gran futuro, como la iniciativa de emprendimiento tecnológico ParqueSoft, la consolidación de cadenas productivas como la forestal, el nuevo sistema integrado de información agropecuaria (SISAV), la producción de alcohol carburante y el nuevo centro de convenciones que tendría capacidad para 6.000 personas, del cual ya hay un estudio formal realizado por la Cámara Colombo Alemana. Sin duda, síntomas positivos que hoy ofrecen un mejor panorama para el departamento y su gente.
El trabajo conjunto de todos los actores sociales de la región parece ir por buen camino. De hecho, el último estudio de la Cepal sobre competitividad ubica al Valle del Cauca en el segundo lugar, superado únicamente por Bogotá, después de haber caído hasta el cuarto en sus peores años de crisis.
Sin embargo, todavía no puede cantar victoria. El Valle enfrenta graves problemas sociales, como el desempleo, que deben ser resueltos de manera estructural; y algunos empresariales, como la falta de apoyo para comercializar sus productos en el exterior y la ineficiencia administrativa, entre otros.
El compromiso de todos los sectores del departamento acaba de dar vida también al recientemente firmado Pacto Social del Valle del Cauca, que busca generar 171.601 nuevos empleos en tres años y proyectar la región a 2015. El camino trazado es largo, pero el Valle del Cauca ya empezó a recorrerlo.
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la Revista Dinero
Con este objetivo fue creada la Fundación Planeta Valle (FPV), para ser el eje que articulara los esfuerzos de los diversos sectores de la región. Inició operaciones en agosto de 2002 como una organización neutral de desarrollo regional y desde entonces trabaja para convertir al Valle del Cauca en una región líder en Colombia y Latinoamérica, en calidad de vida y bienestar económico y social.
El trabajo activo de reconocidos dirigentes regionales, como Alfredo Carvajal, Gustavo Gómez, Rosa Jaluf de Castro, Eduardo José Victoria, Julián Domínguez, Manuel José Carvajal y Francisco Piedrahíta, y la participación de instituciones locales como la gobernación, la Alcaldía de Cali, la Cámara de Comercio, la fundación Carvajal y las universidades del Valle e ICESI dio como resultado las sinergias necesarias para estructurar una agenda para el desarrollo del Valle del Cauca, a la que denominaron 'Unión, compromiso y acción', y en la cual quedaron definidas las 10 prioridades del departamento. "Decidimos concentrar nuestros esfuerzos en los aspectos que mayor impacto tendrían en la región, como mejorar la seguridad, definir el futuro de Emcali, garantizar la competitividad del puerto de Buenaventura, fortalecer la educación y la salud, masificar el consumo de gas, apoyar el agro, crear alternativas de vivienda y de transporte masivo y construir en Cali un Centro de Convenciones a la altura de la ciudad", anota Ximena Hoyos, directora general de Planeta Valle.
Más allá de las palabras
Pero los problemas de Cali y el departamento no daban espera y la agenda para que el Valle recuperara el terreno perdido empezó a cumplirse de inmediato, con resultados positivos. Había que reactivar sectores tan importantes como la construcción, el comercio, el agro y las exportaciones desde el puerto de Buenaventura; pero lograrlo requería esfuerzos adicionales que garantizaran condiciones óptimas de seguridad y, en consecuencia, hicieran atractiva cualquier alternativa de inversión en el departamento.
De ahí que la agenda partiera de una estrategia de seguridad que empezó por el Batallón de Alta Montaña, esperado por los vallunos desde el gobierno anterior, el cual inauguró finalmente el presidente Álvaro Uribe en los Farallones de Cali, el 5 de mayo pasado, con la entrega de una nueva red militar de 1.200 efectivos. La acción, sumada a la custodia de las principales vías de la región y a proyectos para construir dos centros de reclusión, motivó un ambiente de confianza en la zona que comienza a dar sus frutos.
La construcción en Cali, por ejemplo, uno de los sectores más golpeados por la crisis, hoy mantiene una tendencia positiva que hace un par de años era inimaginable. "El sector se ha recuperado de tal manera que las licencias de construcción crecieron 68% entre agosto del año pasado y agosto del presente", cuenta Miguel Meléndez, presidente de la junta directiva de Camacol.
Pero los avances en materia de construcción son apenas una parte de una oleada de nuevas inversiones que están impulsando la economía del departamento, gracias al trabajo conjunto de la sociedad del Valle. Entre ellas se destacan las del comercio; Malla Vial; sistema de transporte masivo (MIO), y los avances en educación y salud y en el sector hortofrutícola, pues el departamento quiere aprovechar sus ventajas competitivas.
Además, hay proyectos en curso de gran futuro, como la iniciativa de emprendimiento tecnológico ParqueSoft, la consolidación de cadenas productivas como la forestal, el nuevo sistema integrado de información agropecuaria (SISAV), la producción de alcohol carburante y el nuevo centro de convenciones que tendría capacidad para 6.000 personas, del cual ya hay un estudio formal realizado por la Cámara Colombo Alemana. Sin duda, síntomas positivos que hoy ofrecen un mejor panorama para el departamento y su gente.
El trabajo conjunto de todos los actores sociales de la región parece ir por buen camino. De hecho, el último estudio de la Cepal sobre competitividad ubica al Valle del Cauca en el segundo lugar, superado únicamente por Bogotá, después de haber caído hasta el cuarto en sus peores años de crisis.
Sin embargo, todavía no puede cantar victoria. El Valle enfrenta graves problemas sociales, como el desempleo, que deben ser resueltos de manera estructural; y algunos empresariales, como la falta de apoyo para comercializar sus productos en el exterior y la ineficiencia administrativa, entre otros.
El compromiso de todos los sectores del departamento acaba de dar vida también al recientemente firmado Pacto Social del Valle del Cauca, que busca generar 171.601 nuevos empleos en tres años y proyectar la región a 2015. El camino trazado es largo, pero el Valle del Cauca ya empezó a recorrerlo.
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la Revista Dinero
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