Sin
duda Hernán Echavarría Olózaga fue uno de los industriales más trascendentes del
país. Su vida estuvo llena de logros y aún en sus últimos años continuó aportando ideas al desarrollo en sus
intervenciones escritas y públicas. Nació en Medellín el 7 de abril de 1911. La
prosperidad económica de su familia le permitió formarse en el exterior.
Luego
de cursar bachillerato en Londres, estudió ingeniería mecánica en la Victoria
University, en Manchester, entre 1927 y 1931, y después economía en el London
School of Economics entre 1931 y 1932, que no terminó porque tuvo que regresar
al país para colaborar con su padre, don Gabriel Echavarría Misas, pues la Gran
Depresión afectó sus negocios. Entonces se puso al frente de Calcetería Alfa y
luego de Pepalfa entre 1936 y 1938. A los 25 años ingresó a Coltejer, empresa
familiar, en la cual fue directivo en los años de la Segunda Guerra Mundial.
Por sus logros de juventud, don Hernán ya gozaba de prestigio nacional.
Fue
nombrado ministro de Obras Públicas en el segundo gobierno de Alfonso López
Pumarejo (1942-1945) y luego, complementó su aporte al sector público asumiendo
cargos como ministro de Comunicaciones en el gobierno de Alberto Lleras
Camargo, embajador en Washington en el gobierno de Carlos Lleras Restrepo entre
1967 y 1968, y en la década del 80, presidente de la Comisión Nacional de
Valores. Allí fue fundamental para detener las acciones especulativas de los
fondos de inversión que culminaron con la caída del Grupo Grancolombiano.
Entre
los empresarios académicos uno de los más destacados. Su formación en
Inglaterra marcó su personalidad intelectual. Fue uno de los principales exponentes
de las tesis keynesianas en Colombia y otros temas económicos, al publicar más
de 20 libros y múltiples artículos en revistas y periódicos. Fue director de la
revista Semana en los años 50, fundador de la revista Ciencia Política y
columnista de El Tiempo. Empedernido luchador en contra del empresario rentista
de tierras, pues entendió como pocos el papel del empresario en la sociedad
como generador de desarrollo. Aun hoy luego de muchas décadas todavía debemos
empezar a aplicar estos planteamientos.
Entre
las instituciones que fundó o ayudó a fundar se destacan la Universidad de los
Andes, de la cual fue su primer decano de Economía, la Fundación Corona, la
Fundación Natura, la Sociedad Colombiana de Economistas, Incolda, Cesa, Eafit,
Fedesarrollo, Diriventas, el Instituto de Ciencia Política, de gran
trascendencia para el país. En tiempos en que no había facultades de
administración y economía, don Hernán fue el pionero que le abrió los ojos a la
Nación a las tendencias internacionales. En economía y en administración, pues
para él las ideas de Abraham Maslow, Douglas McGregor o Peter Drucker ya eran
básicas cuando para otros representaban una revelación. Colombia le debe mucho
a don Hernán, quien fue distinguido un sinnúmero de veces.
Antes
de morir recibió la Cruz de Boyacá y el grado Honoris Causa en la Universidad
de los Andes. La vida de Don Hernán demuestra la importancia de mirar hacia al
pasado, hacia aquellos que supieron construir país, para proyectar el futuro.
Autor: Carlos Andrés Vanegas
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