Para que una empresa crezca con éxito se
requiere mucho más que buenas intenciones. ¿Cuáles son las principales
recomendaciones del crecimiento?
A
los empresarios en Colombia se les reconoce el empuje para sacar adelante sus
proyectos. Esto es, logran convertir ideas en negocios rentables. Sin embargo,
muchos fracasan cuando intentan llegar más allá, en el intento de convertir
estos negocios en empresas en crecimiento. Por ello, conocer qué se debe y qué
no se debe hacer a la hora de crecer es un tema sensible para el empresariado.
Los gerentes no saben que pueden estar creciendo a la quiebra cuando no lo
hacen adecuadamente. Este es el caso típico de un emprendedor, que en el ánimo
de hacer negocios con empresas grandes permite plazos extensos en los pagos
para amarrar contratos al tiempo que realiza inversiones cuantiosas. Sin
saberlo, está acabando con su negocio. Para que esto no pase, los expertos
recomiendan que las empresas se fijen en tres aspectos: un adecuado
financiamiento del crecimiento, que se debe complementar de una estrategia que
lo empuje y la gerencia que lo soporte. Tenga en cuenta las siguientes
recomendaciones antes de emprender un proceso de crecimiento:
Dinero para hacer dinero
La
dificultad más grande al crecer se da por cuenta de su financiación. Eric
Rodríguez, profesor de la facultad de Administración de la Universidad de los
Andes, argumenta que “los empresarios se empeñan en sacar adelante sus empresas
en tal forma, que en su actividad diaria no perciben problemas de liquidez que
terminan por hacerlas inviables financieramente”. Para Rodríguez lo fundamental
del crecimiento es que este sea sostenible. De hecho, en la literatura sobre el
tema, identifica un nivel óptimo de crecimiento que permite lograr esta
sostenibilidad. El problema comienza cuando los empresarios creen que crecer
más siempre será mejor. Contrario a ello, la teoría sugiere que el crecimiento
no es algo para maximizar, sino para proyectar en el tiempo.
Para
Julio Sarmiento, profesor en finanzas de la Universidad Javeriana, el
crecimiento de una empresa debe obedecer a dos razones: el tamaño del mercado
está aumentando, lo cual ocurre solo en industrias en desarrollo, o le está
ganando participación de mercado a su competencia. En ambos escenarios, las
empresas tienen que realizar cuantiosas inversiones. Sarmiento sostiene que el
crecimiento presenta dificultades tanto para las empresas pequeñas como para
las grandes. Cuando una compañía crece, el requerimiento de capital de trabajo
para su funcionamiento aumenta. Esto implica que en el crecimiento hay una
tendencia a aumentar de las inversiones, los activos fijos, los inventarios y
las cuentas por cobrar. Los empresarios se animan a crecer sin percatarse de
que su punto de equilibrio en ventas se hace cada vez más difícil de alcanzar
por los grandes incrementos en costos. La liquidez de las empresas se ve
comprometida y llega un punto en que se asfixian.
En este
tema, la estructura de financiamiento es vital. Camilo González, experto en el
tema, opina que es prioridad dar conciencia a las empresas nacionales sobre la
importancia de financiarse adecuadamente. De las distintas fuentes de
financiación –retener utilidades, vender más, aumentar capital o tomar un
crédito–, las empresas tienden a utilizar la cuarta opción. De allí la frase “empresarios
ricos, empresas pobres”. De acuerdo con cifras de ANIF y Fedesarrollo, el 46%
de las empresas financian su crecimiento con deuda y solo el 21% reinvierte
utilidades. El problema consiste en que un extremado apalancamiento financiero,
si bien puede jalonar el crecimiento, pone a las empresas en una situación de
riesgo ante cualquier cambio en el entorno. En el otro extremo están los
empresarios que se abstienen de utilizar deuda como política institucional. No
entienden que el sentido del mercado de capitales es que financiarse con
patrimonio siempre será más costoso que con deuda por el riesgo que lleva
implícito. Además, ceder el poder en las compañías siempre será más costoso que
cualquier otra fuente de financiamiento. Las empresas tienen que demostrar que
pueden generar ingresos para sus accionistas. En todo caso, la noción de una
estructura de capital óptima contempla un punto intermedio en el cual las
empresas deben decidir cuánto financiar según sus condiciones de mercado.
Otro
elemento que frena el crecimiento de las empresas es la distancia entre el uso
del financiamiento y el plazo de la deuda. Al respecto, González identifica un
argumento muy simple: en el país, las empresas financian sus proyectos, que
normalmente dan retornos entre 3 y 4 años, con deuda de corto plazo. Según
cálculos de ANIF y Fedesarrollo, en Colombia solo el 17% de las empresas se
financia a largo plazo. Entonces, González sostiene que estos faltantes de
recursos están siendo subsidiados por las operaciones de las empresas y afectan
su estabilidad financiera; por ende, su capacidad de crecer. Además, las limitaciones
en el mercado de capitales del país empeora la situación. “En Colombia no
existen las condiciones para conseguir créditos a largo plazo que hagan
empresas sostenibles”, afirma González.
Otro
error en temas financieros al crecer es la constante obsesión de las empresas
por ganar participación de mercado. A veces, ganar participación de mercado se
convierte en un fin per se, y no se entiende que un punto más de participación
puede costar mucho más que sus beneficios. En el sector de bebidas de consumo
masivo, esto es evidente. Empresas como Coca-Cola o Pepsi están en esta
situación: entre más participación de mercado logran, más costoso es para ellas
ganar terreno y más fácil perderlo, según Edgardo Cayón, de la Javeriana. Llega
el momento en que la mejor estrategia es invertir las cantidades suficientes
para mantener su participación. En este afán, las empresas pueden perder el
norte e incurrir en prácticas como descuentos masivos, aumento de los plazos de
pago a los clientes y guerras de precios, perjudicando de esta manera su
rentabilidad. Es común ver compañías que logran aumentos de participaciones de
mercado hasta del 35% sin generar valor, dice el profesor Sarmiento.
Diego
Henao, socio de PricewaterhouseCoopers en Colombia, sintetiza estas
recomendaciones. “Es clave que las empresas tengan la motivación para crecer.
Las oportunidades están en todas partes y no se pueden desaprovechar. Lo
importante es compaginar la estrategia operativa con el apalancamiento de la
operación”.
Todos para el mismo lado
Además
del financiamiento, el crecimiento se debe complementar con estrategia y
capacidad gerencial. Para Sergio Hernández, profesor de los Andes, lo esencial
es entender por qué se desea crecer y transmitirlo a toda la organización. “Si
todas las personas de una empresa se ponen de acuerdo para ir en una misma
dirección, la probabilidad de crecer con éxito aumenta, y en el fracaso, es más
fácil aprender de los errores”, sostiene Hernández. Este argumento se puede
complementar con la necesidad de lograr coherencia entre el crecimiento y las
fortalezas de una compañía. Esto en estrategia es crecer teniendo en cuenta el
core business. Tal vez la recomendación más útil en un proceso de crecimiento.
Camilo González, de KPMG, considera que las empresas se distraen con facilidad
cuando están creciendo y se involucran en actividades distintas a sus
competencias. La historia de algunos grupos económicos en Colombia en la última
década es una fiel muestra de la importancia de crecer en las actividades
centrales para no incurrir en grandes pérdidas.
Figuras
como franquicias, compras apalancadas, alianzas, adquisiciones y outsourcing son alternativas para
minimizar riesgos al crecer. Cuando se emplean franquicias, por ejemplo, se
disminuyen ostensiblemente las inversiones mientras se comparte el riesgo con
un tercero. En estos casos, crecer en el core también es fundamental. Respecto
al outsourcing, Diego Henao, de PricewaterhouseCoopers, afirma que cuando se
crece no se deben delegar actividades centrales. Sostiene que el outsourcing no
se debe considerar como una herramienta de reducción de costos.
Hugo
Betancourt, de Visión, la consultora de la Universidad de la Sabana, se
aproxima a este tema de una forma particular. Para él, lo más importante es
trazarse un norte, pues quien no conoce la meta, nunca llega a ella. Según él,
en Colombia hay un problema que afecta el crecimiento: las empresas nacen por
las competencias de sus fundadores, pero no por objetivos estratégicos.
Además
de la estrategia, los otros elementos de gerencia cumplen un papel central en
el crecimiento. Al igual que los recursos, las empresas tienen un stock
gerencial que deben saber medir. El crecimiento es la oportunidad para
dinamizar aspectos centrales, como la capacidad de innovar, el liderazgo y los
procesos de comunicación. Estrategia y financiación no sirven para nada sin el
recurso humano que logre echar a andar el crecimiento.
Un
tratado de libre comercio con Estados Unidos abre la posibilidad para que muchas
empresas crezcan o desaparezcan.
Por
ello, en esta dinámica, es tan importante que las empresas del país no cometan
los errores del pasado. En esta oportunidad se deben tener presentes todas las
exigencias de crecer, para que el crecimiento puede ser sostenible y duradero.
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Artículo para la sección Management de la Revista Dinero.
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Artículo para la sección Management de la Revista Dinero.
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