A todos Dios nos regala momentos en la vida en que realmente no
podemos encontrar una salida. Estos días llegan sin avisarnos, un dolor en el
corazón es más grande que nuestras fuerzas para salir adelante. De todo lo que
pueda haber leído o aprendido sobre lo que significa emprender este es el
principal mensaje que quiero comunicar. La vida es un emprendimiento al que
debemos enfrentar con “berraquera”. Cuando uno está sacando una empresa
adelante pasa algo curioso. Existen días en donde uno se va a la casa, por
algún negocio o algo en particular, pensando en que va a ser millonario. Otros
días, por dificultades y problemas, que la empresa se va a quebrar. Sin
embargo, a la mañana siguiente ninguna de estas dos cosas pasan. Ojo con lo que
quiero decir. Ninguna de estas dos cosas pasa. Ni somos ricos de la noche a la
mañana, pero tampoco hemos caído en la pobreza. Con la mente más serena y el
corazón más tranquilo entendemos que las dificultades se enfrentan y el éxito
se construye paso a paso.
Todos estamos expuestos al dolor y al fracaso. A todos nos puede
dejar alguien a quien amamos mucho, puede llegar la enfermedad de un familiar,
la muerte y por su puesto que en un primer, segundo o tercer intento fracasemos
en los negocios. Pero es justo en estos momentos cuando debemos aprender a
disfrutar más la vida. Si usted es un emprendedor y está próximo a renunciar a
su empresa pare un momento, considere lo siguiente. En una ocasión el
legendario empresario Michael Dell fue invitado a un foro sobre emprendimiento
en Nueva York. A la pregunta ¿qué consejo le daría a un emprendedor? el resto
del panel se adelantó a explicar sus teorías muy elaboradas sobre el tema. Pero
Dell fue el último en hablar y tan solo dijo una palabra “perseverancia”.
Y es que la perseverancia es algo más que una palabra bonita en
los negocios. En su famoso libro The
illusions of entrepreneurship, el prestigioso profesor en emprendimiento Scott
A Shane, cita una investigación que muestra que las compañías que logran
superar la barrera de los diez años reinvirtiendo sus utilidades aumentan
sensiblemente sus posibilidades de triunfar. No hay duda que con el tiempo todo
se hace más fácil y las crisis del pasado se ven más pequeñas. Aun
así según el profesor Shane en Estados Unidos tan solo el 30% de las empresas
logran cumplir este objetivo. Y para el caso colombiano, según diversos
reportes del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), la tasa de cierre anual
para los emprendimientos nuevos es superior al 10%.
Por supuesto los emprendedores fallamos. Usualmente gastamos
más de lo que debemos, nos metemos en sectores muy competidos con márgenes
irrisorios, nos equivocamos de socio o nos faltaba experiencia en un sector
específico. Todo esto pasa y a veces uno francamente tiene que saber decir…listo
ya no vamos más. Pero eso si, debemos garantizar que esta decisión no haya sido
por falta de ¡berraquera!.
Tengo en mi apartamento la película el Naufrago para casos de
emergencia. Existe una escena casi al final en donde el protagonista Chuck
Noland (Tom Hanks) regresa a su casa luego de perder para siempre al amor de su
vida. Noland se siente muy triste porque perdió a Kelly (Helen Hunt), pero agradece que ella lo haya acompañado todo el tiempo que estuvo
naufrago en esa isla. Allí en ese momento recuerdo los momentos en mi vida en
donde realmente no veía ninguna salida. Entonces Chuck Noland, con un vaso de
agua con hielo en sus manos, le dice algo a su mejor amigo que trato de no olvidar nunca “uno nunca sabe que vela traerá la marea”
La vida y los negocios son lo mismo. Tenemos que aprender a
disfrutar cada segundo.
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Autor: Carlos Andrés Vanegas
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