Cómo no dejarse seducir por una idea tan
provocativa. Los ricos guardan como un secreto las técnicas y valores que les
permiten llegar más lejos que los demás. El resto de nosotros. La clase media y
baja ni se percata de que esto pueda ser así. Desde la publicación del
mundialmente famoso Padre rico, padre
pobre (1997), Robert Kiyosaki ha continuado una racha de éxitos editoriales
como El cuadrante del flujo de dinero
(1998), Guía para invertir (2001), El juego del dinero (2005) y hasta un
libro junto a Donald Trump (2006), entre otros, en los que reafirma este
mensaje. Descubrir para la gente lo que saben los ricos y el resto no. Todo,
por supuesto, a partir de la historia de dos padres. El de su mejor amigo, que
conocía los secretos del dinero y se propuso enseñárselos, y el de su verdadero
padre, quien trabajó toda su vida para otros sin lograr éxito financiero.
Agudos críticos, fervientes seguidores,
detractores y hasta discípulos persiguen la controvertida obra de Robert
Kiyosaki. Sin entrar en debates, no se puede negar que contiene mensajes útiles
muy concretos para jóvenes o adultos interesados en mejorar sus ingresos. La
siguiente historia le puede sonar familiar. Pareja recién casada sin mucho
tiempo de salir de la universidad, con buen trabajo, que se mete en un crédito
hipotecario y ambos quedan endeudados los siguientes 15 años, eso sin contar el
carro, las tarjetas de crédito, los muebles… No tienen otra solución que
trabajar cada vez más duro, pero no para ellos, sino para sus jefes, los bancos
o el gobierno.
“A estas personas nunca les va a alcanzar el
sueldo”, afirma el autor. Así, el mensaje central de la obra de Kiyosaki es
algo positivo y se podría expresar como “cuide los pesitos al comienzo para después
tener lo suficiente para invertir”. En concreto, Kiyosaki recomienda aprender
sobre el dinero, no tratar el tema como un tabú y buscar mejorar siempre.
En Padre
rico, padre pobre, Kiyosaki hace una distinción particular entre lo que
considera un activo y un pasivo. En su simple definición, un activo es todo
aquello que genera ingresos y un pasivo gastos. Por esto, no está de acuerdo
con los que piensan “mi casa es mi gran ctivo”, cuando muchas veces esto solo
genera gastos. Recuerde el ejemplo de los jóvenes recién graduados y súmeles el
carro.
Los ricos, afirma Kiyosaki, se preocupan en su
vida por “ensanchar su columna de activos y mantener pequeña la de los pasivos”.
Su recomendación siempre es ser austeros al comienzo, para disfrutar después.
Sabio consejo. “Hay que cuidar los centavos, porque los pesos se cuidan solos”.
En vez de gastar tanto desde temprano, Kiyosaki recomienda empezar a cultivar
una 'inteligencia financiera'.
Aprender a invertir es encontrar formas de
ensanchar la columna de activos con opciones como acciones, renta fija, fondos
mutuos, compra y venta de inmuebles, entre otros. De allí su frase mundialmente
famosa: “los ricos no trabajan por dinero, su dinero trabaja para ellos”.
Comodidad vs. Ser rico
Otro mensaje de gran valor en la obra de
Kiyosaki es no convertir nuestra profesión en nuestro negocio. Esto ocurre,
porque la gente tiende a creer que su única fuente de ingresos es la carrera
que estudió. Por esto, es fácil encontrar médicos, arquitectos, periodistas,
abogados, muy eminentes y con títulos importantes, pero pésimos en el manejo de
sus ingresos personales. Nuevamente, el secreto es “ojo con su dinero”.
En su segundo libro, El cuadrante del flujo de dinero, Kiyosaki distingue cuatro tipos
de personas en la sociedad: empleados, autoempleados, dueños de un negocio e
inversionistas. Cada uno de ellos requiere conocimiento y valores distintos
para triunfar. Kiyosaki asegura que para la gente que realmente tiene dinero,
sus ingresos provienen 30% de los dos primeros y 70% de los dos restantes.
Es decir, probablemente usted no requiere
dejar botado su trabajo, siempre y cuando recuerde que su profesión no es su
negocio. “Las personas son lo que hacen
de su tiempo libre”, dice Kiyosaki. Que usted sea empleado no le impide
también actuar como un inversionista. Sin embargo, para Kiyosaki, la
combinación entre dueño de un negocio e inversionista es la que garantiza
crecimientos sorprendentes en los ingresos. Pero reconoce que este tipo de
actividades no son para cualquier persona.
“Las posibilidades son infinitas y están allí
para todos”. Según este millonario, lo que realmente marca la diferencia es que
la mayoría de la gente está tan apegada a la comodidad de un sueldo y de un
tipo de vida normal, que no es capaz de impulsarse para tratar de ser rica. Construir
lo que Kiyosaki llama 'inteligencia financiera' es una tarea que dura toda la
vida. Es leer, aprender y, sobre todo, fracasar. En la mente de los ricos, dice
Kiyosaki, no existe el miedo al fracaso porque entienden que de ahí nacen las
grandes oportunidades.
¿Todo en la vida es dinero?
Muchos pueden criticar a Kiyosaki por su
visión “materialista” de la vida. “Cuando me preguntan sobre la felicidad y el
dinero, solo puedo decir que conozco personas felices e infelices ya sean ricas
o pobres. Pero le aseguro que son muchas más las personas ricas que son felices”,
asegura el autor. Elogiar a un padre por encima del suyo propio es una muestra
del valor del dinero para este autor. Esta discusión vale la pena. Respecto a
la educación, uno de los temas más controvertidos que afronta Kiyosaki, hay pros
y contras en sus propuestas.
Puede estar en lo cierto acerca de que
finalmente las personas en la vida tienen que valerse por ellas mismas. Dejar a
un lado tanto misterio respecto al dinero en las familias, el colegio y la
universidad, para que la gente aprenda a mejorar sus condiciones de vida, tiene
sentido sobre todo en un país en desarrollo donde hay tantas necesidades. No es
casualidad que sus libros estén entre los bienes que más se compran ilegalmente
en las calles. Pero por otra parte, el excesivo foco en el dinero puede hacerle
mucho daño a la sociedad.
Por último, Kiyosaki es un mensajero del
optimismo. Las malas noticias, las experiencias negativas que van de boca en
boca y la envidia paralizan a la gente para salir adelante. “Veo a la sociedad
muchas veces como pollitos corriendo bajo la lluvia”, ejemplifica el autor.
Tener una mentalidad de ganador y creer que es factible alcanzar nuestros
sueños puede ser ese mensaje indiscutible de Kiyosaki para nuestras vidas.
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Manegement de la Revista Dinero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario