El propósito en mi vida es contribuir a formar líderes con valores que
tengan un impacto positivo en la sociedad. Tal vez lo único que tenía claro
cuando me gradué de la universidad era que quería ser profesor. Pero quería ser
un profesor distinto. Me gustan las calles. Me gusta hablar con la gente,
particularmente con los más humildes, ricos o pobres. Entonces tan pronto vi la
oportunidad de “arremangarme” la camisa para ayudar a sacar un emprendimiento
en el sector químico colombiano no lo pensé dos veces.
En 1979 el profesor David Birch de MIT acuñó el término “empresas
gacela” en su recordado informe The Job Generation Process. Allí
Birch estableció que una empresa gacela es toda aquella capaz de crecer entre
20% y 25% por cinco años consecutivos o más. Estas representan solo el 4% de
las compañías en Estados Unidos pero equivalen a cerca del 70% de la generación de
empleo. Hoy puedo decir con orgullo que en los últimos años hice parte de un
proyecto con estas características. En pocos años logramos crecer a un buen
tamaño. Pero cuando miro las cosas en retrospectiva entiendo que esto solo fue
posible gracias a la forma en que tratamos a la gente.
Desde que surgió nuestra compañía tenemos un lema que nunca hemos
violado y esperamos no violar no importa cual sea la dificultad. Este lema es ¡la nomina es bendita! Es decir… la
nomina siempre se paga y se paga a tiempo. A este tema en particular quiero dedicar
mi escrito el día de hoy. Y no es un tema cualquiera. Pagar la
nomina con puntualidad es el corazón de cualquier iniciativa en gestión humana.
Sorpresivamente he tenido la oportunidad de conocer un sinnúmero de empresas
que no lo hacen. Lo más indignante es que varias ellas no les pagan a sus
colaboradores aun teniendo los recursos.
Al parecer en nuestro país no pagar la nomina a tiempo se ha convertido
en el pan de cada día; un fenómeno que pasa “hasta en las mejores familias”.
Conozco el caso de prestigiosas firmas de abogados que se retrasan con el pago.
Incluso multinacionales donde hay que ir una y otra vez porque el “chequecito”
aun no está listo. Y que decir de muchos empresarios PYME con malsanas
políticas de gestión humana. Un día conocí en una empresa a una empleada
embarazada en problemas porque no tenía el pago al día de su EPS, mientras el
señor estaba de vacaciones en el exterior. ¡No hay derecho!
Lo digo de frente ¡no hay derecho! Una persona tiene que sacar de sus
propios recursos todos los días para asistir al trabajo. Muchas veces hay que
pedir prestado hasta pa los buses para que el día de la nomina le digan a uno
que no hay plata. La gente arranca la quincena endeudados, y cuando el sueldo
les llega, solo les alcanzar para “capotear” culebras.
Lo único que se me ocurre decirles a este tipo de empresarios es que se
imaginen que esto le pasa a alguno de sus familiares. Imaginen que así tratan a
un hijo suyo, a un hermano, a sus padres, o a sus esposos. ¡No hay derecho!
Como el agua y el oxigeno
La razón por la cual pagar la nomina a
tiempo es tan importante es porque el éxito empresarial en toda empresa depende
de dos palabras: su gente. Y cualquier
iniciativa en favor de la gente tiene que arrancar allí. No hay que ir muy lejos,
ni buscar teorías rebuscadas en gestión humana. Arranque por pagar bien y en
forma puntual a sus colaboradores.
Hoy sabemos que el dinero no es la principal fuente de motivación en el
trabajo. En su fascinante libro Drive:
The Surprising Truth About What Motivates Us el aclamado autor Daniel H.
Pink nos muestra los últimos hallazgos de la ciencia en relación a la
motivación empresarial. En concreto diversos estudios recopilados por Daniel
Pink nos muestran una y otra vez que a los seres humanos nos motivan tres
cosas: (1) que el trabajo nos guste, (2) que tengamos autonomía, y (3) que el
trabajo tenga un propósito de servicio. Sin embargo, para que estos tres
elementos puedan surgir con todo su potencial se requiere un ingrediente
esencial.
Pagar la nomina en las empresas es el agua y el oxigeno sin lo cual el
resto no vale la pena. Es la base en la famosa pirámide de las necesidades
humanas expuesta en 1943 por el recordado psicólogo norteamericano Abraham
Harold Maslow (1908-1970). Es el fertilizante sin el cual el potencial no nace.
Verán a veces me aburren tantos conceptos abstractos en gestión humana.
Ahora les dio por hablar de “salario emocional” y de cuanta cosa se les ocurre.
Pero yo pienso que el 99% de la gestión humana tiene que ver con ser buenos
seres humanos. Un gran líder de la gestión humana no es un académico o un
ejecutivo emperifollado… un gran líder de la gestión humana tiene que ser,
valga la redundancia, un ser humano increíble. Alguien que arranque por
entender que si usted trabajó por mí un mes entero, lo mínimo que puedo hacer
es regresarle el favor con la puntualidad de su pago.
Cada semestre arranco mi curso sobre emprendimiento en la Javeriana con una pregunta
especial. Les digo a mis estudiantes que vamos a tener todo un semestre para
hablar sobre ¿cómo crear dinero? Entonces el primer día me gusta dedicarlo a
una pregunta con mayor valor para sus vidas: si en un futuro son emprendedores
o ejecutivos exitosos ¿cuánto dinero creen que necesitarían mensualmente para
ser felices? En los últimos años las respuestas de los estudiantes han variado
desde un millón hasta 50 millones mensuales. Pero cerca del 70% de ellos
contestan en el rango de 4 y 6 millones. Realmente es una pregunta valiosa
porque siento que muchos emprendedores no la tienen clara.
Lo que vemos día a día es una gran cantidad de empresarios que prefieren
pagarse sueldos estrafalarios aun si no les queda para el resto de la gente.
De esto quería escribir hoy. Recuerdo mucho leer a Peter Drucker en los
pasillos de las bibliotecas. En parte lo que me enamora de la gerencia es que,
al mejorar la gerencia, hay un impacto significativo en la calidad de vida de
la gente. Muchas empresas en nuestro país todavía se retrasan o no pagan la
nomina. ¿Qué vamos a hacer al respecto? Tal vez deberíamos empezar a indignarnos
en serio. Cada vez que escucho una historia de estas me da una piedra. Me da
piedra porque he visto les ha pasado hasta a mis propios familiares. Valga la pena repetirlo una vez más ¡La nomina es bendita!
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