Yo que iba tan tranquilo acercándome al final de mi vida terrenal
De pronto dudo y vacilo
¿Es verdad que no hay asilo para el alma?
Que morir es dejar de existir
Que la fugaz existencia no tiene la trascendencia que me dejaron
intuir
No eso no por favor
Yo con mi libre albedrio me atrevo a decir
¡Dios mío debe haber un error!
Y perdóname Señor si con esto te incomodo
Sin embargo de algún modo te lo tengo que decir
No me vayas a salir…
Con que aquí se acaba todo
Roberto Gómez Bolaños (1929 – Ojalá muchos años más)
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