Lo que realmente tiene valor es el
impacto de nuestras acciones, no en qué momento de la vida las realizamos. Hay todo
un largo camino para alcanzar nuestros sueños.
En
1970 Roberto Gómez Bolaños tenía 41 años. A pesar de que llevaba años
escribiendo guiones para comediantes respetados en México, como Viruta y
Capulina, Don Roberto no era famoso. En su vida había practicado como boxeador,
futbolista e incluso dejó a un lado su carrera como ingeniero en la Universidad
Nacional Autónoma de México. Había intentado muchos caminos y a los 41 años
nunca hubiera imaginado que sería una persona tan querida en toda América
Latina. Al parecer su nombre artístico “Chespirito” se lo dio un reconocido
cineasta quien veía en Don Roberto a un “Shakespeare” chiquito. Solo fue hasta este año en 1970, cuando
arrancó su programa de televisión, que su carrera empezó a tomar vuelo. Solo después
de los 40s Chespirito empezó a decir “síganme los buenos”…
En
1987 Paulo Coelho tenía 40 años. En su juventud Coelho tuvo tantas dificultades
que incluso a los 16 años fue internado en un hospital psiquiátrico. Toda su
vida sintió el llamado de la literatura y el teatro pero fracasaba en cada
intento. Fue en 1987 cuando decide realizar el peregrinaje por el camino de
Santiago. En compañía de su guía espiritual Petrus (este no era su verdadero
nombre) arrancó en la ciudad francesa S.
Jean Pied-de-Port hasta llegar a la localidad española Santiago de
Compostela en Galicia. Fue aquí a los 40 años que Coelho tuvo la inspiración de
escribir El peregrino (1987) su primera novela famosa. Un año más tarde
publicaría El Alquimista (1988).
Por
alguna razón historias como las de Don Roberto Gómez Bolaños y Paulo Coelho
siempre me han fascinado. Soy como un coleccionista de estas historias
maravillosas. De hecho podría mencionar muchas otras. A los 53 años el vendedor
de electrodomésticos norteamericano Raymond Albert Kroc compró un desconocido
restaurante McDonald's y la proyectó a lo que conocemos hoy en día. En el plano
local a los 51 años el reconocido empresario boyacense Alfonso Ávila creó
AeroRepública (más tarde también fundaría EasyFly). Incluso nunca es tarde para
transformar el mundo. Según los historiadores el príncipe Siddhartha Gautamá
alcanzó la iluminación a los 35 años. Una vez hecho Buda Siddhartha difundió
sus mensajes hasta el día de su muerte a los 80 años.
Para
ser honesto en el fondo sé perfectamente porque me fascinan estas historias.
Vivimos en un mundo enloquecido por andar a las carreras. Particularmente los
jóvenes sentimos que, antes de arrancar, se nos está acabando el tiempo para
alcanzar nuestros sueños.
Un mundo de logros perdurables
Un
día me sentía desesperado. Sentía que mi carrera profesional no iba para
ninguna parte. Incluso tal era mi angustia que en aquel momento conseguí una
cita para hablar con el reconocido ejecutivo José Vicente Pombo quien dirigía
la firma consultora Korn/Ferry International. Aunque hoy me resulta gracioso en
ese entonces apenas llevaba dos años de vida profesional. Apenas dos años y
sentía que no iba para ninguna parte. Entonces José Vicente me dijo algo muy
interesante: “la vida profesional no es una maratón corta. Hay que prepararse
para una carrera con más de 40 etapas”
Es
desastroso pero la mayoría de nosotros, adultos y jóvenes por igual, sentimos
una presión constante por el futuro. Es como una rasquiña que no se quita.
Planear la vida sin duda es valioso. Planear una carrera. Planear un trabajo.
Planear una familia. Pero la verdad es que muchas veces tanto pensar en el
futuro no nos deja vivir tranquilos. Es un duro reto: proyectar la vida y
aprender a disfrutar cada segundo. Tener un pie adelante, pero el corazón, la
mente, y hasta los riñones en el presente. ¿De qué vale esforzarse tanto si no se
disfruta el camino?
La
gran ironía es que el mundo está hecho para que alcancemos nuestras más grandes
ilusiones más adelante. El poeta del siglo XIX James Russell Lowell alguna vez
dijo “una espina de experiencia vale más que un bosque de advertencias”. Si la
vida es crear un gran edificio tiene sentido que este sea más poderoso cuando
tenemos más ladrillos en nuestra espalda. Pero existe una tendencia irracional
a no valorar a los más experimentados. Pensamos que luego de los 40s, 50s o 60s
ya no vamos a alcanzar metas promisorias.
Este
es un negocio que no le conviene a nadie. Si hoy menospreciamos el potencial de
los adultos mayores en muy poco tiempo nos van a menospreciar a nosotros
también.
Personalmente
me estoy preparando para un mundo de logros perdurables más allá de los 50s y
60s. Según investigaciones recientes, para el año 2035 el número de personas
mayores de 65 años va a crecer 66% en el mundo. Siento que la clave va a
ser permanecer saludables en cuerpo, mente y alma. Dado que nunca es tarde en
la vida tengo el sueño de hacer un máster en literatura. Me encantaría en algún
momento dar el salto de escribir artículos a libros. Uno nunca sabe que vela
traerá la marea.
Eso de Shakeaspirito está genial! Plop!
ResponderEliminarTenemos que hablar para ver con quién sentamos al emprendedor de Mentez.
Se me ocurren dos emprendedores experimentados: Juan carlos Samper (www.i-network.com.co) y Juan pablo Gnecco (www.movl.com). Ambos con trayectoria de empresarios tecnológicos y con ventas de empresas.
Qué dice Profe?
Los pensamientos cortoplacistas no apoyan el bienestar, no nos permiten construir. La naturaleza no tiene atajos, y muchas veces buscamos facilísimo e inmediates en los resultados. Solo tenemos el presente, usemoslo bien.
ResponderEliminarRealmente mil gracias por sus valiosos comentarios Alejandro y Andrés.
ResponderEliminarEn mi vida tengo un lema "vivir el día a día el paso a paso y relajado" jajajajaja y por ahora me ah ido muy bien gracias a Dios. Esperemos que nos depara el futuro con optimismo y una gran sonrisa. :)
ResponderEliminarHola profesor Carlos. Muchas gracias por este escrito inspirador.
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