jueves, 2 de febrero de 2012

El buen gerente

9 tips no convencionales para reconocer a un buen o un pésimo gerente.


Un buen gerente debe ser como un excelente director de orquesta que le da a cada uno de los miembros de su organización, el papel oportuno en la interpretación de sus roles. Además, debe saber afrontar los desafíos de mercados cada vez más complejos y competidos, manteniendo la armonía y el clima laboral en sus mejores niveles. Esto se verá reflejado en mayor calidad de los productos, un trabajo en equipo más afinado y unos mejores resultados de la empresa.

Tener una visión estratégica del negocio, contar con la capacidad de anticiparse a lo que viene, ser proactivo, estimular el cambio, coordinar acertadamente los recursos de la organización y definir el rumbo son cualidades que también hacen parte de ese perfil.

Sin embargo, este tipo de hechos no son evidentes a primera vista. Malcolm Gladwell, autor del libro Blink: inteligencia intuitiva, asegura que en muchas ocasiones las primeras impresiones son más acertadas que conclusiones elaboradas con el tiempo.

Bajo este principio, ¿es posible tener pistas sobre la calidad de un gerente en poco tiempo? Para este fin quise revisar la literatura sobre síntomas no convencionales que nos pudieran indicar muy rápidamente el trabajo de un gerente pues, al fin de cuentas, las compañías son un fiel reflejo de sus directivos y reconocer si allí lidera la operación un buen o un pésimo gerente. Estos son los 9 aspectos a tener en cuenta.

1. La amabilidad de la recepcionista

Tal vez el síntoma más revelador de un buen gerente es la amabilidad en la recepción. Todos hemos sufrido las caras largas y el desinterés de muchas personas en este cargo. Esto no es circunstancial. El grado de amabilidad y entusiasmo con que lo atiendan allí proviene desde la cabeza. Incluso, es tan clave el rol de la recepción que algunos estudios muestran que de este cargo surgen empleados de gran potencial. Por ejemplo, la afamada ejecutiva Carly Fiorina, presidente de Hewlett-Packard entre 1999 y 2005, inició su carrera profesional como recepcionista de la firma de bienes raíces Marcus & Millichap.

2. Las instalaciones son bonitas

En el famoso libro Las 10 caras de la Innovación, Tom Kelley, fundador de la prestigiosa firma de diseño IDEO, advierte sobre un tema aparentemente obvio: la importancia de los espacios y las instalaciones para innovar. Tal vez el caso más destacado en este aspecto son las famosas instalaciones de Google en California –conocidas como Googleplex– con más de 20 edificios, 200 perros, canchas de voleibol, piscinas y gimnasios. En la actualidad acoge a cerca de 10.000 personas que trabajan en unos 200 proyectos diferentes, que van desde servicios de búsqueda electrónica y aplicaciones para negocios, hasta localización geográfica y venta de música.

3. Los funcionarios hablan de “nosotros”

Parece un tema frívolo pero en la práctica tiene un impacto significativo. El recordado autor en gerencia, Peter Drucker, en su libro La gerencia efectiva, argumenta que es posible pronosticar el éxito de una compañía tan solo con verificar si la gente habla de “nosotros” en lugar de hacerlo en primera persona. En el día a día para todos es molesto encontrar personas que solo se refieren a “yo hice esto” “yo hice aquello”. En este sentido, Drucker fue el primer autor en demostrar que las compañías más exitosas tienden a asumir los logros de forma compartida.

4. De puertas abiertas

Donald Jacobs, precursor de la Escuela de Negocios Kellogg, siempre mantenía las puertas de su oficina abiertas. Esta es una actitud que comparten varios ejecutivos de éxito. Uno de los libros más influyentes de negocios de los últimos años, Empresas que sobresalen, del autor Jim Collins, analiza las 11 compañías (entre ellas Abbott y Kimberly) con mejor desempeño en la bolsa de Nueva York entre 1970 y el año 2000. En todos estos casos, Collins pudo constatar que los ejecutivos al frente de estas empresas tenían una cultura de puertas abiertas.

5. La gente almuerza en compañía

En 2005, el ex consultor de la firma Deloitte, Keith Ferrazzi, se hizo famoso gracias a su libro Never Eat Alone. La recomendación del libro es simple: aprovechar el tiempo del almuerzo para hacer contactos. Su éxito fue tal que el libro vendió más de dos millones de copias. En efecto, el momento del almuerzo es crucial para medirle el aceite a las relaciones en una empresa. Una alternativa es que la gente almuerce en compañía, pero si todo el mundo sale disparado por su lado, es mala noticia.

6. Hay jóvenes y adultos por igual

Respecto a las generaciones, hoy existen inmensas oportunidades en ambos frentes: al contratar jóvenes con nuevas ideas y también al retener a los más experimentados. Estudios concretos soportan a cada generación. Por una parte, el autor Don Tapscott es famoso por mostrar las bondades de los jóvenes, y en la otra orilla el profesor Peter Cappelli de Wharton, en defender a los más viejitos. Compañías como McKinsey, Microsoft, Google o Goldman Sachs tienen equipos enteros buscando sinergias entre estos dos mundos. En estas empresas se ven jóvenes y adultos por igual.

7. De hecho, la gente sonríe

¿Tiene algún impacto la felicidad en el desempaño de una empresa? Esta es la pregunta clave para el reconocido profesor de Harvard, Shawn Achor, autor del famoso libro The Happiness Advantage (2010). Luego de estudiar por décadas a miles de ejecutivos en la lista de las compañías Fortune 500 el resultado es contundente: la felicidad puede aumentar cerca de 30% la productividad. Por esto, si usted llega a una empresa y la gente sonríe, es el gran síntoma de que allí hay un buen gerente.

8. Hablar de tú a tú

La reconocida autora en comunicación no verbal, Carol Kinsey Goman, suele afirmar que cuando se atiende una persona detrás del escritorio, inconscientemente, se asume una posición de dominación frente al otro. Esto no todas las veces es positivo en las relaciones laborales. Por esto, los gerentes más astutos tienen un sillón en su oficina para compartir más de tú a tú en ciertas reuniones. Además, como lo sugiere el joven autor Michael Ellsberg en su libro The Power Of Eye Contact, el contacto visual es crucial en los negocios.

9. Se puede ver un certificado de calidad

Una vez sentado en la recepción, un indicador contundente de que el gerente hace bien su tarea es si existe algún certificado del Sistema de Gestión en esa empresa. La verdad es que movilizar a toda una organización hacia una certificación de calidad, un proceso que puede tomar más de un año, implica toda una prueba de liderazgo y responsabilidad del gerente.


Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Management de la Revista Dinero 

1 comentario:

  1. Muy buen aporte. El liderazgo es un proceso que implica no solo la capacidad de tomar decisiones, sino la habilidad de desarrollar una cierta estabilidad emocional. Será fundamental adquirir la confianza pero al mismo tiempo el respeto de los dirigidos para que estos desarrollen tareas encomendadas de manera responsable y eficaz.

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