Un buen gerente debe ser como un excelente director de orquesta que le da a cada uno de los miembros de su organización, el papel oportuno en la interpretación de sus roles. Además, debe saber afrontar los desafíos de mercados cada vez más complejos y competidos, manteniendo la armonía y el clima laboral en sus mejores niveles. Esto se verá reflejado en mayor calidad de los productos, un trabajo en equipo más afinado y unos mejores resultados de la empresa.
Tener
una visión estratégica del negocio, contar con la capacidad de anticiparse a lo
que viene, ser proactivo, estimular el cambio, coordinar acertadamente los
recursos de la organización y definir el rumbo son cualidades que también hacen
parte de ese perfil.
Sin
embargo, este tipo de hechos no son evidentes a primera vista. Malcolm
Gladwell, autor del libro Blink: inteligencia intuitiva, asegura que en muchas
ocasiones las primeras impresiones son más acertadas que conclusiones
elaboradas con el tiempo.
Bajo
este principio, ¿es posible tener pistas sobre la calidad de un gerente en poco
tiempo? Para este fin quise revisar la literatura sobre síntomas no
convencionales que nos pudieran indicar muy rápidamente el trabajo de un
gerente pues, al fin de cuentas, las compañías son un fiel reflejo de sus
directivos y reconocer si allí lidera la operación un buen o un pésimo gerente.
Estos son los 9 aspectos a tener en cuenta.
1. La amabilidad de la recepcionista
Tal
vez el síntoma más revelador de un buen gerente es la amabilidad en la
recepción. Todos hemos sufrido las caras largas y el desinterés de muchas
personas en este cargo. Esto no es circunstancial. El grado de amabilidad y
entusiasmo con que lo atiendan allí proviene desde la cabeza. Incluso, es tan
clave el rol de la recepción que algunos estudios muestran que de este cargo
surgen empleados de gran potencial. Por ejemplo, la afamada ejecutiva Carly
Fiorina, presidente de Hewlett-Packard entre 1999 y 2005, inició su carrera
profesional como recepcionista de la firma de bienes raíces Marcus &
Millichap.
2. Las instalaciones son bonitas
En
el famoso libro Las 10 caras de la Innovación, Tom Kelley, fundador de la
prestigiosa firma de diseño IDEO, advierte sobre un tema aparentemente obvio:
la importancia de los espacios y las instalaciones para innovar. Tal vez el caso
más destacado en este aspecto son las famosas instalaciones de Google en
California –conocidas como Googleplex– con más de 20 edificios, 200 perros,
canchas de voleibol, piscinas y gimnasios. En la actualidad acoge a cerca de
10.000 personas que trabajan en unos 200 proyectos diferentes, que van desde
servicios de búsqueda electrónica y aplicaciones para negocios, hasta
localización geográfica y venta de música.
3. Los funcionarios hablan de “nosotros”
Parece
un tema frívolo pero en la práctica tiene un impacto significativo. El
recordado autor en gerencia, Peter Drucker, en su libro La gerencia efectiva,
argumenta que es posible pronosticar el éxito de una compañía tan solo con
verificar si la gente habla de “nosotros” en lugar de hacerlo en primera persona.
En el día a día para todos es molesto encontrar personas que solo se refieren a
“yo hice esto” “yo hice aquello”. En este sentido, Drucker fue el primer autor
en demostrar que las compañías más exitosas tienden a asumir los logros de
forma compartida.
4. De puertas abiertas
Donald
Jacobs, precursor de la Escuela de Negocios Kellogg, siempre mantenía las
puertas de su oficina abiertas. Esta es una actitud que comparten varios
ejecutivos de éxito. Uno de los libros más influyentes de negocios de los
últimos años, Empresas que sobresalen, del autor Jim Collins, analiza las 11
compañías (entre ellas Abbott y Kimberly) con mejor desempeño en la bolsa de
Nueva York entre 1970 y el año 2000. En todos estos casos, Collins pudo
constatar que los ejecutivos al frente de estas empresas tenían una cultura de
puertas abiertas.
5. La gente almuerza en compañía
En
2005, el ex consultor de la firma Deloitte, Keith Ferrazzi, se hizo famoso
gracias a su libro Never Eat Alone. La recomendación del libro es simple:
aprovechar el tiempo del almuerzo para hacer contactos. Su éxito fue tal que el
libro vendió más de dos millones de copias. En efecto, el momento del almuerzo
es crucial para medirle el aceite a las relaciones en una empresa. Una
alternativa es que la gente almuerce en compañía, pero si todo el mundo sale
disparado por su lado, es mala noticia.
6. Hay jóvenes y adultos por igual
Respecto
a las generaciones, hoy existen inmensas oportunidades en ambos frentes: al
contratar jóvenes con nuevas ideas y también al retener a los más experimentados.
Estudios concretos soportan a cada generación. Por una parte, el autor Don
Tapscott es famoso por mostrar las bondades de los jóvenes, y en la otra orilla
el profesor Peter Cappelli de Wharton, en defender a los más viejitos.
Compañías como McKinsey, Microsoft, Google o Goldman Sachs tienen equipos
enteros buscando sinergias entre estos dos mundos. En estas empresas se ven
jóvenes y adultos por igual.
7. De hecho, la gente sonríe
¿Tiene
algún impacto la felicidad en el desempaño de una empresa? Esta es la pregunta
clave para el reconocido profesor de Harvard, Shawn Achor, autor del famoso
libro The Happiness Advantage (2010).
Luego de estudiar por décadas a miles de ejecutivos en la lista de las
compañías Fortune 500 el resultado es contundente: la felicidad puede aumentar
cerca de 30% la productividad. Por esto, si usted llega a una empresa y la
gente sonríe, es el gran síntoma de que allí hay un buen gerente.
8. Hablar de tú a tú
La
reconocida autora en comunicación no verbal, Carol Kinsey Goman, suele afirmar
que cuando se atiende una persona detrás del escritorio, inconscientemente, se
asume una posición de dominación frente al otro. Esto no todas las veces es
positivo en las relaciones laborales. Por esto, los gerentes más astutos tienen
un sillón en su oficina para compartir más de tú a tú en ciertas reuniones.
Además, como lo sugiere el joven autor Michael Ellsberg en su libro The Power
Of Eye Contact, el contacto visual es crucial en los negocios.
9. Se puede ver un certificado de
calidad
Una
vez sentado en la recepción, un indicador contundente de que el gerente hace
bien su tarea es si existe algún certificado del Sistema de Gestión en esa
empresa. La verdad es que movilizar a toda una organización hacia una
certificación de calidad, un proceso que puede tomar más de un año, implica
toda una prueba de liderazgo y responsabilidad del gerente.
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Management de la Revista Dinero
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Management de la Revista Dinero
Muy buen aporte. El liderazgo es un proceso que implica no solo la capacidad de tomar decisiones, sino la habilidad de desarrollar una cierta estabilidad emocional. Será fundamental adquirir la confianza pero al mismo tiempo el respeto de los dirigidos para que estos desarrollen tareas encomendadas de manera responsable y eficaz.
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