En
1990 la candidata a Ph.D. en psicología de la universidad de Stanford,
Elizabeth Newton, logró su grado doctoral gracias a una investigación poco
usual. En lo que se podría considerar un juego, Elizabeth formó parejas de
personas, a unos los nombró intérpretes y a los otros el público. Los
intérpretes debían escoger entre 25 canciones muy conocidas, como por ejemplo “happy
birthday to you”, y con pequeños golpecitos, como quien lleva el ritmo con el
puño en una madera, ir tocando mientras su pareja trata de adivinar la canción.
De hecho, esta es una experiencia divertida si tiene una buena compañía al
lado. En total Elizabeth repitió el ejercicio con 120 canciones. Al parecer el
trabajo del público no es para nada sencillo, pues tan solo acertaron el 2,5%
de las veces. Pueda que para quien va tocando la canción sea obvia (pues la
lleva en su mente), pero quien la escucha solo percibe como un “código Morse en
desorden”.
Si
lo piensa, la tesis de Newton es revolucionaria pues pone de manifiesto una
realidad oscura en el comportamiento humano. Una vez adquirimos un
conocimiento, nos cuesta un inmenso trabajo imaginar no tenerlo. Es la trampa
del experto, quien sabe mucho a veces habla y habla, pero le es imposible
colocarse en el lugar de quien lo escucha.
Chip
Heath es profesor de la Escuela de negocios de Stanford y columnista de Fast
Company. Su hermano, Dan Heath es un reconocido emprendedor y consultor en el
campo de la creatividad. Los hermanos Heath comparten la misma pasión. A ambos
los intriga la misma pregunta ¿por qué leyendas populares, como la del hombre
que se levanta al día siguiente sin riñón luego de una noche de tragos, se
difunden por todo el mundo? Y el mismo tiempo ¿por qué normalmente nos es tan difícil
proyectar nuestras ideas?
Que
el ser humano solo utiliza el 10% del cerebro (si esto fuera cierto un daño
cerebral no sería tan grave), que la Coca Cola lleva un poquito de coca, que la
muralla china es la única construcción del hombre que se puede ver desde el
espacio, que la carne del Corral tiene lombrices… Historias populares que todos
conocemos. Y es aquí donde Chip y Dan se preguntan ¿las ideas nacen
interesantes, o podemos “manipularlas genéticamente” para que sean tan
impactantes que tomen vida propia? Esta es la pregunta clave de su libro Made to Stick: why some ideas survive and others
don’t, una de las publicaciones más inspiradoras en creatividad de los
últimos tiempos.
En
el popular libro The tipping point,
el autor Malcolm Gladwell argumenta que existen cosas que son pegajosas de por
sí. Tienen el sello del éxito. Para los hermanos Heath este es el concepto
preciso para explicar una vida entera dedicada al poder de las ideas. De hecho en Stanford, Chip Heath creó el curso How to make ideas stick? Que
en uno podría traducir diciendo ¿cómo lograr que sus ideas queden pegadas en la
frente de los demás? “A pesar de su importancia, es sorprendente el poco
esfuerzo que la sociedad le asigna a entender las ideas”, argumenta Chip Heath.
Existen
diversos casos donde fallamos por no saber construir ideas poderosas. “Los profesores
sufren al ver cómo sus estudiantes no se entusiasman como quisieran, periodistas
se entristecen con sus artículos sin comentarios, profesionales gastan millones
de dólares en campañas sin impacto, los gerentes no se explican cómo sus
colaboradores no comparten su lenguaje, ni se sienten motivados”, asegura el
autor. La parte más interesante en la tesis de Elizabeth Newton, según estos
autores, es que cuando se les pregunta a los interpretes si creen que su
público va a adivinar su canción, 50% piensa que lo harán. Pero los resultados
son solo de un 2,5%. Como en la vida,
realmente estamos comunicando mucho menos de lo que pensamos. Tal vez todos
tenemos complejo de expertos, como críticos de cine, y no logramos imprimir
nuestras ideas en los demás. ¿Cómo lograrlo?
Las claves de una buena idea
Un
día, Art Silverman, gerente de mercadeo de CSPI, una ONG en favor de la
alimentación saludable, tenía un desafío entre manos. Recientes estudios
encontraron que una bolsa de palomitas de maíz, en un cine, contenía 37 gramos
de grasas saturadas, por estar preparados en aceite de coco. Una dieta normal diaria
es de 20 gramos, por lo que los resultados fueron un escándalo para la CSPI.
Sin embargo, aunque Silverman tenía la opción de hacer una campaña con la tradicional
frase “37 gramos de grasas saturadas”, escogió “sabía usted que una bolsa de
palomitas de maíz tiene más grasas saturadas que unos huevos con tocineta, una
Big Mac, y unas papas fritas, juntos” La campaña fue un éxito, al día siguiente
ABC, NBC y CNN quería cubrir la historia.
Chip
Heath piensa que ciertas ideas tienen características que las hacen
irresistiblemente poderosas. “Nuestro argumento es que usted puede manipular
genéticamente una idea para que trascienda con los años. Una buena historia es
mucho más contundente que los memorandos convencionales en las empresas”, dice
el autor. Piense por ejemplo en algunos proverbios como “más vale pájaro en mano
que cien volando”, con más de 2.500 años de historia, o “no hagas a los demás
lo que no te gustaría que te hicieran a ti”. Algunas ideas han movilizado a
países enteros como la de John F kennedy de “enviar un hombre a la Luna y
regresarlo a salvo antes de que finalice la década”. Esta es claramente más
impactante que la típica de un gerente “maximizar las utilidades de los
accionistas”, pueda que él esté escuchando música en sus oídos, pero para el
resto es… En fin, los hermanos Heath definen en su libro seis características
claves en una idea: que sea simple, inesperada, concreta, creíble, emocional y
que lleve una historia.
Chip
Heath enfatiza que lo primero que debemos lograr es que nuestra idea sea lo más simple posible. “Entre más
reduzca la información en una idea, más pegajosa será”, asegura. Al primer
párrafo de un artículo los periodistas suelen llamarlo el lead. El objetivo es
que estas primeras líneas, además de enganchar al lector, tengan toda la
información que se necesita. Los periodistas son obsesivos con sus leads al
punto que el legendario editor Don Wycliff suele decir “siempre he creído que
si tengo dos horas para escribir una historia, lo mejor es invertir una hora, y
cuarenta y cinco minutos en hacer un buen lead”. Una idea exitosa, es como un
lead ganador.
“Además
las ideas deben tener ese ingrediente
inesperado”, continúa Heath. La escritora Nora Ephron es famosa por guiones
como los de la recordada película Cuando Harry conoció a Sally. Ephron arrancó
su carrera como periodista, y fue un recuerdo de la niñez el que marcó su
camino. Un día un profesor en el colegio les pidió que escribieran un artículo
en el que relataran que la planta profesoral saldría en una visita de campo el
próximo jueves con fines académicos. Todos los estudiantes hicieron su mejor
esfuerzo en extensos escritos, pero con mala calificación, pues ninguno
escribió el lead preciso para la historia ¡el próximo jueves no hay clase!
Ideas inesperadas, pueden incluso transformar nuestras vidas.
Vivir por las ideas
Para
Heath las ideas también deben ser
concretas. Kennedy dijo “antes del final de la década”, no hasta los 80s
también estaría bien. En 1987 Jerry Kaplan, un antiguo empleado de Lotus, logró
una entrevista con Kleiner Perkins una de las firmas de capital de riesgo más
famosa del Silicon Valley. Antes de su turno Kaplan pudo ver como otro
candidato tenía toda una presentación preparada con diapositivas y videos. En
su turno él solo expresó en un párrafo su sueño de “crear un computador para
llevar en la mano”. Los señores de Kleiner Perkins invirtieron USD 4,5 millones
en su proyecto.
Adicionalmente,
usted debe luchar por hacer que sus
ideas sean creíbles. En este punto Chip recuenta una historia fascinante en
el mundo de la medicina. En 1980 dos jóvenes investigadores en Australia, Barry
Marshall y Robin Warren, encontraron lo que en ese momento era impensable, que
las ulceras son causadas por una bacteria. Por muchos años la comunidad
académica no les prestó atención por su inexperiencia. Frustrado un día
Marshall perdió la paciencia, y se tomó todo un jarro entero con la bacteria.
Así logró que su idea fuera creíble, y en 2005 ganaron el premio Nobel de
medicina.
Finalmente
para en el modelo del libro las ideas deben
ser emocionales y deben llevar una historia. Cuando conversamos con
alguien, escribimos una historia o hacemos una presentación, nunca debemos
olvidar que si no hay algo de lo que decimos que tenga que ver con la vida de
nuestro público, serán ideas en vano. Para ser exitosos con las ideas, a las
personas tenemos que hablarles de las cosas que les interesan. Anécdotas del
día a día, de lo que significa llevar la vida, con sueños y frustraciones.
Muchos pasamos por expertos, molestos, tratando de aparentar lo que no somos.
Pero si buscamos en las mejores canciones, películas, libretos, o en las
empresas más apasionantes, siempre vamos a encontrar lo mismo. Las mejores
ideas, son solo un reflejo de nosotros mismos. Pequeños golpes que se quedan
allí para siempre.
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