lunes, 30 de abril de 2012

El increíble poder de las empresas sin estructura

En pocos años surgen empresas innovadoras que transforman industrias enteras. Su estrategia consiste en permanecer totalmente descentralizadas y sin una cabeza visible. ¿Cómo es esto posible?


Aquella imagen perturbó cada uno de sus sentimientos. Cuando en 1519 el conquistador Hernán Cortés se topó de frente con la capital de los aztecas –
Tenochtitlán– y, en vez de encontrar salvajes, ante sus ojos se alzó una ciudad de 15 millones de habitantes, con su propio calendario, templos y pirámides, pero sobre todo, una avanzada estructura gubernamental. De inmediato Cortés quiso entrevistar a su líder Moctezuma II a quien asesinó fríamente. En el transcurso de tan solo dos años esta ciudad –de una larguísima tradición– colapsó. El mismo tiempo tardó Francisco Pizarro, luego de traicionar en 1532 al líder Inca Atahualpa, en destrozar otra sociedad ancestral. La estrategia: acaba con la cabeza y la organización entera caería a tus pies.

Para 1680 el poder de los españoles parecía incontrolable en todo el continente.
Fue entonces cuando se toparon con los Apaches en el norte. A diferencia de los Incas o los Aztecas, los Apaches no poseían grandes monumentos ni desarrollos sociales destacados. Pero lo que parecía ser la guerra entre un león y un gato resultó todo lo contrario. Por más de 200 años los Apaches resistieron toda clase de ataques en el norte de México. La forma en que esta tribu pudo contener a los españoles tiene valiosos mensajes para su empresa. ¿Cómo lo lograron?

Para conocer la respuesta es preciso adelantar la historia al siglo XXI. Debemos situarnos en otra guerra en teoría desigual. Imagine los prestigiosos abogados de las compañías más poderosas del mundo del entretenimiento como MGM, Disney, Sony o Warner Brothers, enfrentados al grupo de jóvenes emprendedores que diseñaron el sistema P2P (peer to peer) en donde cualquier persona puede intercambiar gratis contenido en internet ya sea música, imágenes o películas.

Las gigantescas compañías del entretenimiento habían logrado desmantelar a Napster y a su líder Shawn Fanning, un estudiante de ingeniería de Northeastern University. Ahora iban tras el ingeniero sueco Niklas Zennstrom fundador de Kazza, una guerra entre David y Goliat. Sin embargo cuando Napster desapareció, Kazza tomó vuelo. Y cuando atacaron a Kazza, otros más descentralizados como eMule, Limewire, o BitTorrent, emergieron. Al final del cuento la fuerza de las masas ha vencido a las multinacionales.

La similitud entre estas dos historias explica una de las tendencias más poderosas de los negocios internacionales de la que usted puede sacar provecho. Tras su derrota, los prestigiosos abogados de las multinacionales del entretenimiento, al igual que los españoles siglos atrás, aprendieron una dura lección: cuando se ataca una organización descentralizada esta tiende a crecer y a hacerse aún más poderosa. Es decir, una compañía descentralizada tiene fuertes ventajas que no podemos pasar por alto, como ser más resistente a los ataques y crecer en forma explosiva.

La estrella de mar y la araña

En efecto los Apaches no estaban liderados por ningún Moctezuma o Atahualpa.
Su sistema social funcionaba a partir de círculos dirigidos por guías espirituales.
Cuando los españoles eliminaban estos guías, tratando de convertirlos al cristianismo, otros nuevos aparecían con renovadas energías para luchar. Al no tener estructura formal las organizaciones descentralizadas se adaptan rápidamente. Los Apaches eran sedentarios pero se transformaron en poco tiempo a nómadas como respuesta al ataque español.

Para Ori Brafman y Rod A. Beckstrom, emprendedores de la Universidad de Stanford y autores del influyente libro The starfish and the spider (La Estrella de Mar y la Araña), los Apaches simbolizan firmas como Kazza y eMule, ejemplos perfectos de “estrellas de mar” en el vasto océano de los negocios internacionales. “Cuando se le corta una extremidad a una estrella de mar esta tiene la capacidad de sobrevivir e incluso algunas especies crean de este brazo una estrella totalmente nueva”, explican los autores.

En cambio para el caso de las “arañas” de los negocios, organizaciones totalmente centralizadas y jerárquicas, como son la mayoría de las multinacionales empezando por la iglesia, el ejército o los mismos países, solo basta con eliminar la cabeza para ponerlas en aprietos. Este fue el caso de los Aztecas y los Incas.

El presidente de internet

“El poder de la descentralización permaneció oculto por millones de años. Pero internet transformó los negocios a tal punto que aspectos como ausencia de estructura, falta de liderazgo como de una organización formal, antes vistos como debilidades, hoy pueden ser su mayor fortaleza”, argumentan los autores. Esta idea implica un cambio radical en nuestra forma de entender los negocios y las organizaciones.

Brafman y Beckstrom utilizan una anécdota para ilustrar este punto. Sitúese en los primeros años de internet y piense el caso de un empresario del Silicon Valley buscando recursos para un proyecto nuevo en Paris. Ellos relatan que ningún inversionista francés quiso participar “hasta no conocer personalmente al presidente de internet”. Por supuesto, hoy en día pensar en que internet tenga presidente es un chiste.

Sin embargo, los inversionistas franceses no eran del todo ingenuos. Su reacción simplemente evidencia la tendencia natural a entender las organizaciones como arañas: una cabeza que simboliza al presidente o gerente general dirigiendo sus patas que para el caso de los negocios son los distintos departamentos como mercadeo y finanzas. Estas arañas se reconocen también porque operan en sedes establecidas y es conocido el número de sus integrantes.

Pero el mundo cambió para siempre. Las estrellas de mar a las que se refieren Brafman y Beckstrom se identifican precisamente por no contar con ninguna de estas características. Son organizaciones totalmente descentralizadas, no tienen una cabeza visible, y tienen el poder de transformar industrias enteras en pocos años.

El poder de una estrella de mar

“Descentralice el poder y el conocimiento en una organización y con seguridad obtendrá caos, pero también el terreno fértil para la creatividad y el desarrollo”, piensan los autores. Con esta filosofía se fundó una de las estrellas de mar más reconocidas del planeta. Todo empezó en 1935 cuando el norteamericano Bill Wilson se sentía frustrado por no encontrar solución a sus problemas de alcoholismo en la mano de expertos. Pronto descubrió que era más efectivo compartir su adicción con otros.

De esta simple idea nació Alcohólicos Anónimos AA presente en prácticamente todos los países del planeta. Sin embargo, la intención de Wilson nunca fue controlar AA y desde el comienzo dejó que creciera por sus propios medios. Su fortaleza fue crear una ideología que otros siguieran y replicaran. En efecto hoy día no existe tal cosa como el presidente mundial de AA, ni una organización central que lleve registros de todos los grupos alrededor del mundo. Es incluso imposible saber cuántos existen.

Tal vez el ejemplo más sonado de una estrella de mar contemporánea sea Wikipedia. Su fundador Jimbo Wales fracasó con un intento de crear su propia enciclopedia –Nupedia, hasta que el editor Larry Sanger entendió que no podrían lograr este objetivo por su propia cuenta sin la ayuda del mundo entero. Así se construyó Wikipedia totalmente descentralizada porque es la gente quien la escribe. Hoy en día Wikipedia no solo es la enciclopedia más extensa sino también la más precisa del planeta. “En esencia la gente es buena y cuando tiene la oportunidad siempre estará feliz de poder aportar”, explican los autores.

El misterio de los catalizadores

De la misma manera, gran parte de las compañías más exitosas en los últimos tiempos tienen características de estrellas de mar. eBay funciona gracias a la confianza que millones de usuarios van creando entre sí. No existe un director en esta orquesta más que el libre albedrío de la gente. Amazon, iTunes, Skype, o Linux son ejemplos similares.

Pero aunque internet dio paso a un renacimiento de las compañías descentralizadas, su verdadera esencia es terrenal. El misterio se encuentra en las características muy particulares de quienes fundan estrellas de mar. Los autores llaman a estos personajes “catalizadores”. Líderes que entienden que su mayor contribución es crear una ideología y tener confianza en los demás. Entienden en qué aspectos deben permanecer pero sobre todo, su obligación de alejarse para que la organización tome vuelo propio. Esto implica una visión renovada del liderazgo. “El poder de las organizaciones sin líderes”, como lo denominan los autores.

Creer que, en medio del caos, se pueden forjar grandes organizaciones, requiere finalmente una gran dosis de confianza en los demás. Implica aprender a vivir en la ambigüedad y delegar responsabilidades. Por eso piense: ¿qué tan centralizada es su empresa? ¿Qué tan expuesta está a los ataques de una poderosa estrella de mar? Que sea esta la oportunidad para reflexionar sobre el rol de la descentralización en las empresas del país.


Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Management de la Revista Dinero 

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