Es
posible ver en los ojos de la gente cuando algo anda mal en una compañía.
Miradas
de tristeza e impotencia anuncian que un “tirano” anda cerca. Con frecuencia el
veneno que expelen estos seres hostiles es tan fuerte que alcanza incluso a las
familias de los empleados afectados.
¿A
qué mamá, esposo o hija no les duele que a sus familiares los traten mal en el
trabajo? ¿Cuántas personas tienen que aceptar tratos como ¡no sea tan bruto! o ¡incompetente!
por parte de sus jefes debido a que están aferradas a un empleo por razones
financieras o profesionales?
Existe
una expresión en inglés que capta cada sentimiento siempre que nos topamos con
este tipo de personas agresoras ¡What an
asshole! Es por esto que para Robert Sutton, reconocido psicólogo organizacional
de la Universidad de Stanford ¡Asshole!
es la mejor forma de clasificar a los psicópatas, opresores, déspotas y ego
maniacos del mundo empresarial.
Su
famoso libro The no asshole rule.
Building a civilized workplace and surviving one that isn't ha sido uno de
los textos de negocios más vendidos en amazon.com. También prestigiosas publicaciones
como Time, Business Week, New York Magazine, Washington Post y el German
Financial Times se han sumado a la que ha sido una cruzada para erradicar cada “asshole”
de los negocios. En Colombia también tenemos que dar la batalla.
¿Quién clasifica para asshole?
¡Asshole!
es sin duda un término polémico. Si usted indaga por traducciones en inglés va
a encontrar que es una palabra fuerte. Pero Sutton considera que “la academia
tiene una gran oportunidad de ser más efectiva en sus mensajes si empieza a
utilizar el lenguaje convencional de los negocios”.
Y
francamente hay ciertos personajes de oficina que solo despiertan un ¡Ese es
mucho...!!! Veterano del mundo académico, Sutton tiene el orgullo de que en su
primera publicación sobre el tema, un ensayo para la conservadora Harvard
Business Review (2005), quedó impresa la palabra ¡Asshole! 8 veces. Sin
embargo, para este autor es fundamental hacer una distinción entre lo que se
entiende como un “asshole temporal” de un “asshole certificado”.
Es
decir, para Sutton todos llevamos un “cretino” por dentro que despierta en
momentos de gran estrés o malos días. En medio de un trancón o en una fila
interminable saca la cabeza ese animal que no podemos contener. Sutton piensa
que a estos “assholes temporales” es justo darles una segunda oportunidad.
Pero
por desgracia también existen aquellos rufianes cuya mala conducta se repite
tan consistentemente que es preciso acreditarlos como un “asshole certificados”.
Todos podemos traer a la mente un ejemplo si nos lo proponemos. Es probable que
incluso usted sea víctima de uno actualmente. ¿Cómo definir a estos déspotas
formalmente? Según Sutton este tipo de personajes son simplemente las personas
que con su trato "nos hace sentir humillados, oprimidos y perder la
motivación”.
Pero
sobre todo, “a su lado nos sentimos menos de lo que somos”. Pero más que esto
para Sutton existe un test infalible para poder reconocer a esta desagradable especie.
“Estas personas suelen ser desagradables con gente de menor poder, mientras
sonríen y se presentan cándidos ante los más poderosos”.
Si
las siguientes expresiones de agresión no física le resultan familiares puede
despejar entonces cualquier duda sobre si su jefe o cierto grupo de compañeros
hacen parte de este desagradable género. Insultos personales, raciales,
culturales y sexuales, invasión del espacio personal, chistes sarcásticos,
gritos, reprimendas públicas y la humillante tendencia a hacerlo sentir
invisible a su lado ¿Se ha identificado con alguna? ¡Pues usted no está solo!!
En
su libro Sutton presenta distintas estadísticas internacionales que comprueban
una cruda realidad: “las empresas están llenas de tiranos”. Para distintos
países los promedios varían entre un 20% y 30% de personas afectadas
directamente por maltrato y los porcentajes son mayores para las víctimas que
son testigos de estas situaciones.
¿Por qué debe aplicar la regla?
“Si
en algo quiero contribuir con mi libro es a acabar con el mito del asshole
súper estrella”, afirma Robert Sutton. En esto se refiere a que muchas
compañías y empresarios suelen tolerar este tipo de personajes pues en
ocasiones existe el mito de que son muy talentosos.
Tristemente
a veces es cultural pensar que el éxito profesional da derecho a ser déspotas. Todos
conocemos los casos de gerentes generales, ejecutivos famosos o grandes
vendedores, entre otros, que con su carácter recio se hacen creer
imprescindibles. El país está lleno de estas “estrellas” tanto en el sector
público como privado. Incluso “expertos en gerencia” que por la mañana dan
charlas de motivación y por la tarde violentan a sus empleados.
Entonces,
si usted es el dueño de la empresa o tiene el poder, y viene dudando en si sacar
o no al personaje ¡Despídalo! ¡Despídalo de una vez por todas! Según Sutton al
final sentirá una gran satisfacción pero también tristeza de no haberlo hecho
antes. “Los efectos negativos suelen ser mucho mayores a las ganancias de estos
rufianes con talento”, afirma.
Y
para comprobarlo en su libro Sutton elabora explica varios efectos nocivos como
la alta rotación del personal, la pérdida de clientes claves, salarios más
altos para que la gente los soporte, complicaciones legales, y la baja moral
del equipo, entre muchos otros costos. Sin duda el mejor negocio que tiene
entre sus manos es aplicar “la regla de eliminarlos por completo de su empresa”.
Claves para gerenciar la regla
“Que
los ambientes organizacionales sanos son más efectivos” parece teoría pero
funciona perfecto en la realidad. Sutton resalta en su libro distintos casos de
empresas exitosas como Google, IDEO, y Southwest Airlines que aplican en
detalle estos conceptos.
Para
este tipo de compañías por más talentoso que sea un ejecutivo, si este trata
mal a sus compañeros, siempre será expulsado o tratado como incompetente. Por
ejemplo en Google, desde los tiempos de su fundación por Larry Page y Sergey
Brin, la misma cultura organizacional se ha encargado de aislar estos
personajes de la empresa. Google opera con la insignia “don't be evil” que le
recuerda a cada empleado que simplemente allí no es eficiente ser tirano.
El
caso de la reconocida firma de diseño IDEO muestra cómo usted debe incorporar “la
regla” a sus procesos, principalmente en las etapas de selección y
contratación. Según Sutton la agresión es altamente contagiosa y siempre se
necesitarán muchas más actitudes positivas para borrar las negativas. “Los cretinos tienden a multiplicarse”, afirma.
El
proceso es el siguiente, si usted contrata en algún momento a alguien con estas
características, este escogerá a alguien similar a él y de esta forma es que
las empresas se inundan de agresión. Es por esto que en IDEO procuran involucrar
el mayor número de opiniones posibles cuando se realiza la selección de un
candidato y todos acompañan a la persona escogida en los primeros meses solo
para comprobar que no sea un personaje que dañe su cultura empresarial.
Pero
algunas empresas van más allá y aplican la regla también a sus clientes y
proveedores. Es la historia de Southwest, una de las aerolíneas más dinámicas
de Estados Unidos. Pues bien, en muchos casos Southwest les aplica esta regla a
los clientes insolentes cuando se comprueba su agresión. Esta idea es
maravillosa. Si usted como empresario hace lo mejor para tratar a sus
empleados, no permita que otros vengan y los agredan. No importa que sea su
mejor cliente. Ciérrele las puertas.
Como
dice la popular frase “el poder corrompe y el poder total corrompe totalmente”.
Muchas personas por naturaleza no muestran síntomas de agresión hasta que son
ascendidas o se les asigna poder en una organización. Allí muestran su lado
oculto. Es por esto que Sutton aconseja que para disminuir la probabilidad de
estos personajes en una empresa se deben mantener las distancias de poder lo
más pequeñas posibles.
Empezando
por el salario, que es la mayor fuente de desigualdad. “Es ingenuo pensar que
no existen diferencias en las empresas pero siempre se debe tratar de mantener
un equilibrio para no alimentar los egos dañinos en las organizaciones”,
sostiene el autor.
Este
tema despierta una reflexión personal. ¿Para dónde vamos con nuestra carrera
profesional? Si nuestra intención es llegar bien lejos para demostrarles a los
demás nuestros éxitos y sentirnos superiores es mejor no perder el tiempo. A
nadie le gustan estos personajes y terminará muy exitoso pero solo.
El
recordado gurú de los negocios Peter Drucker decía que a lo largo de su vida
había conocido distintas facetas del liderazgo. Pero la más contundente es que
los más grandes líderes que conoció tendían a hablar de “nosotros” en lugar de “yo”.
Todos a la batalla
Según
Sutton su libro estaría incompleto si no destacara ciertas "bondades"
de tener un carácter fuerte. “En ocasiones actuar con carácter fuerte permite
conseguir resultados” reconoce el autor. Sin embargo con todo y esto son muchos
más los líderes empresariales que se destacan por su calidad humana. Y a pesar
de que en extremas ocasiones un asshole puede resultar ser valioso “la vida es
demasiado corta como para aguantarse a estos personajes” ¿No le parece?
Hay
momentos en los que estamos amarrados a convivir con un tirano. Por el dinero o
por nuestras profesiones. Una buena parte de este excelente libro está dedicada
a encontrar formas de salir adelante. Contrario a lo que un autor convencional
de gerencia afirma sobre mantener siempre un compromiso a toda prueba, Sutton
recomienda en estos casos alejarse lo más que se pueda emocional y profesionalmente.
“Cuando la situación es insoportable, encuentre en pequeñas victorias el entusiasmo
para continuar”, sostiene.
Es
el momento de actuar juntos contra los jefes y empleados que violentan a los
demás como su estilo de trabajo. Cuando es la unión de la gente la que reclama
contra el maltrato se pueden conseguir mejores resultados.
En
estas situaciones pierden todos, sufren los empleados, las familias y las
empresas. Entonces dedíquele este artículo al tirano que lo acosa. Según Sutton
la mejor forma de contrarrestar a un asshole es la censura pública.
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Management de la Revista Dinero
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Management de la Revista Dinero
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