¿Quién es el encargado de
enseñarnos tal vez lo único que necesitamos para salir adelante?
Cuesta
trabajo no ser cobarde. Cuesta trabajo perder la timidez. Cuesta trabajo
lanzarse al vacío. Cuesta trabajo jugar con palabras, y expresar con puntos y
comas, lo que dicta el corazón.
Hoy
quiero hablar sobre el amor a la vida porque no quiero hablar de cosa
distinta. Amar la vida es un don tan pero tan preciado. Amar genuinamente la
vida en la mañana, en la tarde y en la noche, nos prepara para lo que venga.
Nos hace “indestructibles” ante cualquier dificultad.
Estoy
convencido que este es el secreto mejor guardado. Sacar una empresa adelante.
Formar una familia feliz. Crecer como personas y como profesionales. Los días, las
semanas, y los años simplemente fluyen cuando se ama la vida.
Amar
la vida no solo unos minutos al levantarse para agradecer, ni en las noches antes de dormir,
sino en cada segundo y en cada respiro.
¿Quién
nos enseña en la sociedad este don tan preciado? Tal vez un tío, una profesora,
un amigo o alguno de nuestros padres. ¿Nos hablan sobre amar la vida en el
colegio? ¿Nos hablan sobre amar la vida en la universidad? ¿Quién es el
encargado de enseñarnos tal vez lo único que necesitamos para salir adelante?
Algunos
países se miden por cuánto logran producir. Ahora también vienen
surgiendo mediciones de felicidad. Pero me encantaría saber ¿en cuál sociedad
se ama más la vida? Porque yo quiero vivir en ese lugar.
Es
una bonita paradoja. A pesar de que somos miles de millones cada ser humano en
este mundo es un milagro. La probabilidad de estar aquí en este momento,
respirando este aire, viviendo este instante, justo ahora en este tiempo y en
este espacio, es como un grano de arena en el desierto.
A todos nos
fueron regalados un millón de dones para colorear el mundo. En cierto sentido todos
somos artistas. Aprender a utilizar nuestros dones es aprender a agradecer
por la vida. Es pintar el mundo para hacerlo mejor.
Amar
genuinamente la vida va más allá de los valores. Amar genuinamente la vida va
más allá de la economía, de la política, de la física, de la religión y de lo
que sea. Amar profundamente la vida es solo eso: amar profundamente la vida.
Cuesta
trabajo entender que por más dura que haya sido la jornada. Cuesta trabajo
entender que por más duros que sean los desafíos al futuro. Estamos aquí.
Y esto es lo único que cuenta.
Al final del cuento qué tan rico o pobre es una persona depende de qué tan feliz se levanta en la mañana.
Vivir
siempre será el mejor negocio. Quiero repetir esto... Vivir siempre será el mejor
negocio.
Cada
respiro es riqueza. Cada paisaje es riqueza. Cada caricia es riqueza. Cada
canción es riqueza. Cada segundo es riqueza.
Estamos
aquí.
Aprendamos
como sociedad a cultivar el amor por la vida.
Asígnémosle
un doliente. Ya sea el colegio, los medios, la familia o la universidad.
No
dejemos este tema en el olvido.
Amar
la vida es un regalo.
Un
respiro es lo único que cuenta.
MARAVILLOSA FORMA DE PENSAR Y ACTUAR. RECONOCER EL VALOR DE LAS PEQUEÑAS COSAS DE LA VIDA ES LO MAS IMPORTANTE. CUANDO APRENDEMOS A VER CON OTROS OJOS LA MIRADA DE UN NIÑO, EL AMANECER, LOS PAISAJES. CUANDO SENTIMOS UN ABRAZO, UN SALUDO, ES CUANDO SABEMOS QUE TODO VALE UN TESORO, Y QUE EL VERDADERO SENTIDO DE LA VIDA ESTA EN SER FELIZ HOY Y EN HACER FELIZ A ALGUIEN, NO IMPORTA SI ESE ALGUIEN SOY YO MISMO....SOBRETODO, SI ESE ALGUIEN SOY YO MISMO.
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