Imagine
que alguien le propone el siguiente acuerdo. Puede arriesgar lanzar una moneda
al aire para ganar un viaje por tres semanas a Italia, Inglaterra y Francia. O
puede elegir una semana garantizada en Italia. Si usted es como la mayoría de
la gente con seguridad se iría por la opción segura. Pero investigaciones han
encontrado que una parte de la población decidiría probar su suerte. Este es un
ejemplo clásico de cómo los investigadores identifican personas impulsivas.
El
experto mundial Nick Tasler escribió The
Impulse Factor: Why Some of Us Play It Safe and Others Risk It All, uno de
los mejores libros sobre el tema. No hay duda de que la toma de decisiones es
un aspecto crucial en los negocios. Se calcula que 36% de la población tiene un
adecuado control de sí mismo. 87% de estas personas suele ser exitosa en los
negocios. “Es una sorpresa entonces que el tema de la impulsividad no cautive
el interés de los empresarios”, explica Tasler.
Sin
embargo, el tema no es tan fácil como parece. Las investigaciones muestran que
la impulsividad es, en la mayoría de los casos, un rasgo hereditario. Pero lo
sorprendente son las consecuencias. Al estudiar personas impulsivas, los
investigadores han identificado resultados fascinantes. Por una parte, las
personas impulsivas tienen una mayor propensión a conductas negativas como el
alcoholismo o las apuestas, aunque también hay personas altamente exitosas en
diversos campos de la sociedad que son impulsivas.
¿Cómo
resolver esta paradoja? Al respecto, Tasler explica que existen dos tipos de
impulsividad: una funcional y otra disfuncional que puede ser tremendamente
dañina.
Esta
misma historia se repite en el mundo de los negocios. Nick Tasler hace parte de
la firma TalentSmart. Esta organización hizo un amplio estudio para evaluar las
finanzas personales de más de 6.000 ejecutivos. Allí también encontraron
resultados mixtos. Algunas de las personas impulsivas estaban en lo más alto en
cuanto a generación de ingresos. Pero también en la parte baja estaban aquellas
personas que habían quebrado por ser impulsivos.
¿Cómo
mejorar entonces en este aspecto? Tasler asegura que una buena decisión tiene
tres características básicas: saber, pensar y actuar. Para lograr esto, el
autor recomienda algunas técnicas especiales. Una de ellas es tomarse el pulso.
Es decir, reflexionar a fondo sobre si uno sabe para dónde va.
También
es crucial consultar al anti–yo. Por ejemplo, un amigo o un familiar que sea la
cara opuesta de nosotros mismos.
Y,
finalmente, hay que decidir. Tasler asegura que no decidir nada puede ser más
dañino que ser impulsivos.
Técnicas para mejorar
Eduque a los demás. A
veces para el resto es difícil entender el comportamiento de una persona
impulsiva. Es por esto crucial una labor de pedagogía sobre estas conductas.
Reconocer que una persona es impulsiva es útil tanto para ellos mismos como
para los demás.
Decir lo siento. Las
personas impulsivas tienden a tener grandes fortalezas pero también fuertes
debilidades. Por ejemplo, tienen el doble de probabilidad de ser emprendedores.
Esto implica que muchas veces son arrogantes. Reconocer sus errores libera
espacio para mejorar.
Aprenda a delegar.
Muchas veces la impaciencia surge de querer hacer todo usted mismo. También
aquí se agota el tiempo para tomar buenas decisiones. Un líder impulsivo
reconoce la importancia de delegar trabajo en gente más recatada.
Permanezca conectado. En
definitiva, la respuesta a la impulsividad está en la gente que lo rodea.
Algunas personas impulsivas tienden a alejarse del resto. Confiar y respetar
las opiniones de sus compañeros es la fórmula perfecta para mejorar en este
aspecto.
Autor:
Carlos Andrés Vanegas
Para
la sección Para Leer de la Revista Dinero.
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