¿De dónde surgió el interés por estudiar
la impulsividad?
En
parte se debe a que mi familia siempre ha sido impulsiva. Toda la vida nos mudamos
constantemente porque mis padres querían probar cosas nuevas. Pero esto no fue
una desventaja para mí. Todo lo contrario, me ayudó a tener una perspectiva más
amplia de la vida. Entonces cuando empecé a estudiar psicología fue un proceso
natural concentrarme en investigar las preferencias de la gente. Allí descubrí
que no hay tal cosa como decisiones buenas o malas. Una decisión no es benéfica
o dañina en sí misma. Todo depende de la persona y el contexto en que se toma.
¿Por qué una persona es impulsiva?
Los
estudios muestran que principalmente las personas son impulsivas por herencia.
Sin embargo, hay que distinguir entre dos tipos de impulsividad. Existe una
impulsividad que es funcional, pero también, esta puede ser tremendamente
dañina. Es decir, gracias a su temperamento impulsivo algunas personas son
tremendamente exitosas, mientras que otras fracasan en la vida. Por ejemplo,
nuestra investigación encontró que una persona impulsiva tiene el doble de
probabilidad de ser emprendedora. Pero a veces, pasa con los emprendedores que cuando
lo arriesgan todo, o se hacen millonarios, o caen en la ruina.
¿Qué tan dañina puede ser la
impulsividad?
En
el peor de los casos por culpa de la impulsividad puedes hasta perder la vida.
En el libro relato varios ejemplos de tragedias gracias a decisiones impulsivas.
Ya en cuanto a los negocios el impacto puede ser realmente dañino. Muchas
empresas entran en dificultades, y hasta quiebran, por asumir riesgos
innecesarios. Esta es tal vez la parte más triste. Hay empresas que no tienen
problemas de mercados, de estrategia o de operaciones. El problema es la forma
en que sus líderes toman decisiones. Como siempre, apostar en grande puede traer
grandes réditos pero también grandes calamidades. Siempre todo va a depender de
las circunstancias.
¿Cómo podemos mejorar la toma de
decisiones?
Una
buena decisión siempre tiene tres componentes: saber, pensar y hacer. Para esto
es importante tener en cuenta las siguientes estrategias. Tómese el pulso,
consulte a su anti-yo y decida!! Las buenas decisiones siempre van a depender
del rumbo de la gente. Esto es tomarse el pulso. Si alguien no sabe para donde
va realmente no va a importar si es impulsiva o recatada. Además es crucial
consultar a su anti–yo. Todos tenemos un amigo o un familiar la cara opuesta de
nosotros mismos. Consultar con ellos las decisiones importantes es una buena
práctica. Y finalmente decida. Casi siempre decidir es mejor que no hacer nada.
Muy buen artículo,
ResponderEliminares cierto, ser impulsivo ayuda a ser emprendedor. Sin embargo, hay que aprender a manejar adecuadamente nuestra inteligencia emocional para así llegar a ser mejores líderes.
Saludos desde Perú.