11:45
p.m. No logra dormir frente a su televisor, 'canaliando' entre las más de ochenta
y pico de opciones disponibles. Después de tantas noticias, novelas y
realities, la crisis financiera, el dólar, su cabeza está en otra parte como
para poder descansar.
En
este punto pareciera difícil lograr relajarse, así sea por pocos minutos para
agradecer y decir “en estos momentos no hay nada que tenga más valor que dormir
tranquilo(a)”.
7:45
p.m. Se está haciendo usual no comer juntos en familia. Le molesta que uno de
sus hijos no haya hecho las tareas pues dedicó toda la tarde a jugar con su
nuevo video juego.
6:00
p.m. En pleno pico y placa. Para hacerle el quite a algún parte prende el
altavoz de su celular, lo esconde para así poder hablar mientras va manejando.
Algo
está afectando nuestra capacidad para estar atentos. Con consecuencias mucho
más perjudiciales de lo que creemos.
“Vivir
seducidos por mundos virtuales, deslumbrados por personas que aparentan hacer
mil cosas simultáneamente, la tecnología que en teoría nos conecta y una
frenética obsesión por sentirnos en constante movimiento, son los terrenos de
donde surge la distracción que está cambiado nuestras viejas formas de entender
el tiempo y el espacio para siempre”, argumenta la autora Maggie Jackson en
entrevista exclusiva.
Graduada
de Yale y del London School of Economics, Maggie Jackson ostenta una larga
trayectoria periodística trabajando aspectos como la familia y la importancia
de conservar la esencia humana en nuestras relaciones. Reconocida por su afamada
columna en The Boston Globe, Jackson sorprendió recientemente a todos con el
argumento de su último libro Distracted:
The erosion of attention and the coming dark age.
“La
idea principal del libro es muy simple. La forma en que vivimos está erosionando
nuestra capacidad para realmente prestar atención a los sucesos de la vida, que
es la esencia de nuestra intimidad, sabiduría y progreso social”, explica la
autora.
Utilizando
metáforas y argumentos desde la literatura, psicología, medicina, tecnología,
historia y filosofía, entre otros, esta autora analiza en detalle la
distracción en el mundo moderno. Allí descubre que las personas que logran
concentrarse no solo son más productivas en el trabajo o el estudio, sino
también más felices y llevan una vida más gratificante.
Desde
muy temprano, bombardeados por tecnología, estamos cultivando futuras
generaciones cada vez más distraídas. Al perder nuestra capacidad de atención
como sociedad en general, Maggie Jackson piensa que corremos el riesgo de llegar
a una era oscura como otras sociedades en el pasado. ¿Qué implicaciones tiene
vivir distraídos y cómo enfrentar este desafío?
El ocaso
3:30
p.m. Toma un respiro frente a su computador y se dispone a trabajar en un
proyecto que tiene pendiente. Va a arrancar y... suena su celular, es un
proveedor, un cliente o un amigo. Otro respiro, ahora sí... pero clic su
computador le indica un mensaje nuevo. ¿Qué más da...?
Aprovechar
para revisar el correo entero, navegar en rato en internet y de paso leer las
noticias. En su libro Maggie Jackson incluye los resultados de una
investigación de la experta en tecnología Gloria Mark de la Universidad de
California. Según Mark, en un estudio de más de un año de duración en Estados
Unidos se encontró que un ejecutivo promedio cambia de proyecto cada 11 minutos
en el trabajo y que el 45% de las veces que se distrae lo hace por cuenta
propia.
“Una
vez distraído a un trabajador promedio le toma 25 minutos retomar una tarea.
Estos retrasos llegan a sumar 2,1 horas diarias, ocasionando pérdidas hasta por
US$58.000 millones al año”, registra Jackson en el libro. Particularmente,
distintos estudios muestran que los ejecutivos más jóvenes tienen mayores dificultades
para concentrarse. “Muchas veces nos sentimos frustrados porque no logramos que
los ejecutivos más jóvenes se detengan a pensar con detenimiento una idea o
enfocarse en un proyecto”, manifiesta un empresario consultado en la industria
de la consultoría.
El
reconocido experto en tecnología, Clive Thompson, afirma que precisamente “los
software que crea el ser humano están especialmente diseñados para competir por
nuestra atención”.
Si
usted tiene un mensaje pendiente sin leer la única forma de saber si es
relevante es abriéndolo, para cuando descubre que no era nada importante ya se
ha distraído. Con estos argumentos, Maggie Jackson pretende derrumbar el mito
del ejecutivo que en teoría es exitoso gracias a que realiza múltiples tareas a
la vez.
Otra
de las expertas que cita Jackson en su libro es Mary Czerwinski, PhD en
psicología de la Universidad de Indiana, quien ha liderado proyectos para
Microsoft en el desarrollo de recordatorios y notificaciones de tareas. Luego
de estudiar por muchos años la forma en que la gente trabaja, Czerwinski
concluyó que “la memoria es el talón de Aquiles de los ejecutivos que pretenden
hacer muchas cosas a la vez. Se les olvida que los seres humanos tenemos una
muy limitada capacidad para almacenar pequeña información clave para las actividades
diarias en el trabajo”.
12:30
p.m. Es la hora del almuerzo pero por andar a las carreras hoy le toco un
sándwich frente al escritorio. No se ha percatado pero con tantos pensamientos
en la mente a veces ni siente lo que come, tarea que despacha lo más rápido que
puede.
“La
gente que logra enfocarse mejor tiende a tener menos miedos, frustraciones,
tristezas y momentos de depresión. Esto básicamente porque disfrutan más los
detalles de la vida”, agrega Jackson.
Según
estadísticas, cada vez crece más el porcentaje de personas que comen fuera de
casa, e incluso el 22% de las personas en Estados Unidos llegaría a preferir
que la comida viniera en pastillas.
Es
tan fuerte la tendencia a lo ficticio que a las personas ahora les gusta llevar
vidas paralelas. Mundos virtuales como Second Life en internet ya tienen millones
de habitantes. “Es por ello que debemos preguntarnos ¿es realmente esto
desarrollo? ¿Estamos tan enamorados de nuestra tecnología que no queremos
cuestionarnos por el impacto que tiene en nuestras vidas?”, plantea Maggie
Jackson.
Claro oscuro
De
origen francés, Albert Robida fue un escritor futurista en el siglo XIX.
Imaginando el futuro, Robida alguna vez escribió: “me pregunto cómo encontrarán
tiempo para disfrutar los más grandes placeres de la vida: silencio, calma,
soledad. Sin haberlos conocido nunca no serán capaces de extrañarlos. Como yo
sí los conozco, siento pesar por ellos”.
Tal
vez la preocupación más grande de Maggie Jackson sean las nuevas generaciones.
Solo basta con ver como los niños de hoy se comunican en internet, cuadros de
texto se abren y se cierran con pequeñas trozos de conversación. Un joven a quien
entrevistó la autora dijo: “personalmente, prefiero hablar con varias personas
a la vez”. “¿Qué tan frecuentemente nuestros hijos van a experimentar los
placeres de un pensamiento profundo, una conversación por horas o relajarse
para encontrar tranquilidad espiritual?”, se pregunta la autora.
Muchos
jóvenes aseguran preferir lo virtual, como es el caso de los noviazgos por
internet que consideran más seguros. Pero los contactos cara a cara, que exigen
la hermosa danza de leer el cuerpo y el lenguaje de los demás, son más
impredecibles, son más apasionantes.
“Los
computadores dejaron de ser herramientas para la mente para convertirse en
motores de satisfacción para el cuerpo”, es una cita del autor Randal Walser en
el libro Distracted. Corremos el riesgo de que las personas ya no quieran más
socializar sino simplemente entretenerse. “Existe una delgada línea entre la
riqueza en las relaciones que nos puede ayudar a forjar la tecnología y mundos
hiperconectados llenos de relaciones vacías y caos”, argumenta Jackson.
Amanecer
Se
encuentra en una típica presentación en el trabajo estilo PowerPoint. Se le
escapa un bostezo de la pereza pues usted lo único que ve son viñetas con
mensajes, sin argumentos. La presentación bien la pudo hacer su jefe o
cualquiera de sus compañeros.
“Lo
interesante de la atención es que se puede aprender, cultivar y enseñar”,
agrega. Es en los terrenos de la educación formal y en familia donde podemos
encontrar luz en este laberinto. Claramente, los libros no son la solución pero
sí simbolizan la importancia de construir argumentos.
Maggie
Jackson piensa que una formación en donde se enfatice el análisis crítico es
clave para salir adelante en el mundo moderno. En una escena de la película Una mente brillante, sobre el premio
Nobel de economía John Nash (Russel Crowe), en medio de su peor momento de
esquizofrenia le pide a su esposa una oportunidad: su trabajo es resolver
problemas, y este simplemente fue otro más en su camino. La inteligencia no es
otra cosa que saber enfrentar los obstáculos en el camino, que hacia el futuro
pueden ser defender nuestra humanidad, estar enfocados y disfrutar la vida.
7:00
a.m. Suena el despertador. Está en sus manos levantarse a realmente sentir y
estar atento, sin distracciones, el tinto en la mañana, cada conversación,
beso, caricia, proyecto, dificultad y oportunidad que hoy le presenta el mundo.
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Management de la Revista Dinero
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Management de la Revista Dinero
que gran artìculo.
ResponderEliminarsiempre es mejor parar y mirar que esta pasando con la vida personal.
Carlos Excelente articulo!!!!! como siempre... nunca pierdas esa gran argumentacion que haces con tus articulos
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