Me fastidiaba que los
adultos no valoraran mis sentimientos.
Solo yo sabía que era
esperar una tarde entera frente a un edificio por una sonrisa.
Ahora que soy adulto puedo
decirte que a veces no somos capaces de esos bellos detalles.
Entonces quiero decirte
que si. Tu pequeño corazón puede amar.
Amado hijo la imaginación
es tu mayor aliado.
Si quieres salir al parque
en soledad, mirar al cielo y gritar... hazlo.
Grita con todas tus fuerzas.
Hazles saber allá arriba de tu rebeldía.
Cada fantasía en tu mente es
como una moneda de oro de un inmenso tesoro.
Guárdalas, protégelas.
Aunque me había prometido
nunca parar de soñar a veces hoy no tengo tiempo.
Amado hijo en este mundo todos
somos carpinteros.
La vida se talla segundo a
segundo.
A eso vinimos a este
mundo. A aprender a valorar cada trazada.
Y aunque nunca nadie realmente
logra la tarea.
Sé de corazón que tienes
las manos de un maestro.
Amado hijo no puedo
apartarte de la tristeza.
También tu corazón va a
ser lastimado.
Y aunque no podré estar
allí para preverlo.
Si puedo estar aquí. Siempre
que me necesites.
Con hilo y aguja te voy a
ayudar a reponerlo.
Amado hijo con el tiempo
todos tenemos cicatrices.
Pero tal vez estas cicatrices
son mensajes.
Tal vez las cicatrices son
palabra escrita de los ángeles.
Allí nos recuerdan las travesías
del camino.
Amado hijo lo más bonito
de este mundo es simplemente eso.
Lo más bonito de este
mundo es estar vivos.
Carlos Andrés Vanegas
17 de junio de 2012
Que lindo mensaje, los niños son lo más puro que existe y una sonrisa de ellos te puede llenar el alma...A medida que crecen no podemos evitarles el dolor porque eso hace parte de la vida, los fortalece, les ayuda a crecer, a valorar...No importa la edad que tengan siempre vamos a estar allí para tenderles la mano. Mariu
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