¿Cómo
gobiernan eventos altamente improbables cada faceta de nuestras vidas?
Aquella
imagen perturbó sus sentidos. Cuando en 1606 los europeos descubrieron
Australia, sin pensarlo, también se toparon con un animal nunca antes visto. Antes
de esta fecha existía la certeza de que todos los cisnes eran blancos, pero
entonces, un cisne negro (cygnus atratus) se alzó frente a sus ojos.
Esta
es la historia de los cisnes negros; aves que representan hechos sin
precedentes, cuyo plumaje desafía lo que damos por cierto. Ahora bien, suponga
que un hombre del pasado tiene la oportunidad de visitarnos. ¿Qué podría pensar
de eventos como internet, el ascenso de China, la caída de la Unión Soviética,
la evolución del precio del petróleo, el descalabro económico de 1929, o el
Tsunami en el Océano Índico?
Para
el controvertido autor libanés, Nassim Nicholas Taleb, estos son ejemplos
perfectos de cisnes negros que han transformado nuestra historia. Su fabuloso
libro The black swan. The impact of the
highly improbable es considerado uno de los mejor libros de negocios de los
últimos años.
¿Pero,
cómo lucen estas aves negras? Según Nassim Taleb es posible identificar un
cisne negro como un evento con tres características: nadie en el pasado pudo
imaginar que fuera posible, acarrea un impacto enorme y solo lo podemos
explicar luego de que ha acontecido. Frente a tal rareza de animal, cualquiera
pensaría que nace esporádicamente. Pero los cisnes negros emergen más
frecuentemente de lo que creemos.
“Epidemias,
ataques terroristas, religiones, artes, escuelas, desastres naturales o
desarrollos tecnológicos, todo lo que tiene significado en este mundo, hace
parte de la dinámica de los cisnes negros”, explica Taleb. Si lo piensa, su
propia vida también transcurre a partir de hechos impredecibles como lo es
conocer a su futura(o) esposa(o), días claves en su carrera profesional o la
muerte.
El cisne negro hecho hombre
Nassim
Nicholas Taleb es un profeta de la incertidumbre. Y como muy pocos hombres,
tiene la capacidad de hacernos transitar por sus callejones. Para este autor es
mucho más importante aquello que no conocemos que lo que creemos conocer. En
carne propia ha experimentado la presencia de un cisne negro. Hijo de una
familia greco-ortodoxa en el Líbano, Taleb creció leyendo filosofía. Su fluidez
en distintos idiomas solo se compara con su amplio conocimiento de autores como
Popper, Montaigne, Schopenhauer y Hegel.
Su
juventud transcurrió en completa calma hasta que estalló una guerra sin
precedentes entre cristianos y musulmanes en el Líbano que lo obligó a
trasladarse a Estados Unidos. “Tengo en mi memoria cómo los expertos de la
época quisieron tratar de entender la guerra. Entre más inteligente era el
experto, más convincente su teoría. Sin embargo, nadie pudo nunca explicar un
hecho de tal magnitud”, recuerda.
Ya
en Estados Unidos, Taleb toma la decisión inesperada de estudiar negocios en
Wharton School. La vida es caprichosa, pues siendo un estudioso de la suerte,
la probabilidad y el conocimiento, al graduarse decide trabajar como corredor
de bolsa. Pero entonces el llamado lunes negro, octubre 19 de 1987, hace caer
la bolsa de Nueva York más de 40% en un solo día.
“Las
ganancias de muchas instituciones financieras durante más de 50 años se
perdieron en horas. Esa noche muchos de mis compañeros se suicidaron”, recuerda
Taleb. Este fue el momento crítico en la vida del autor. “Fue una sensación
extraña presenciar esta crisis y en el fondo pensar ¿tal vez tengo razón? El
hombre es lo suficientemente arrogante para creer entender un mundo totalmente
impredecible”, expresa. A partir de entonces dedicó su vida a estudiar los
cisnes negros.
Sin
embargo, si bien a Nassim Taleb le interesa comprender la dinámica de los
cisnes negros, una pregunta cautiva aún con mayor fuerza su atención: ¿por qué
los seres humanos permanecemos tan ciegos frente a su presencia?
Es
decir, ¿porqué nos enfocamos en los centavos y no en los pesos, sin predecir
las grandes tendencias por venir? Su libro es una fuerte crítica a los “científicos
sociales”, que en su opinión, operan bajo la falsa creencia de poder medir la
incertidumbre con estadísticas. En sus palabras "leer el periódico en
realidad es la mejor forma de reducir el conocimiento del mundo”.
La biblioteca de Umberto Eco
Sus
visitantes quedan perplejos. Al parecer la biblioteca personal del escritor y
filósofo italiano Umberto Eco cuenta con más de 30.000 títulos. Al respecto Eco
ha manifestado que su biblioteca le permite distinguir a sus visitantes en dos
grupos. A la gran mayoría de la gente la agrupa por la típica pregunta ¿y los
has leído todos? Pero también algunas personas entienden el verdadero
significado de una biblioteca personal con estas características.
“Estos
libros no son para lucir sino para investigar”, diría Eco. Según Nassim Taleb,
Umberto Eco es de los pocos autores para quienes los libros sin leer tienen más
valor que los que ya se han leído. El mensaje de esta simple anécdota es que el
mundo se podría visualizar como los visitantes a la biblioteca de Eco. “El ser
humano siempre se va a sentir más cómodo con lo que siente conocer. Y desechar
lo que es desconocido”, asegura Taleb.
Este
afán del hombre por la certidumbre proviene de tiempos remotos. Dicha
influencia se acentuó desde los griegos particularmente gracias a Platón, quien
pensaba que el conocimiento debe estar basado en verdades justificadas. A esto
es lo que Nassim Taleb llama arrogancia epistemológica. “El platonismo nos ha
empujado a creer que entendemos más de lo que creemos”, argumenta.
La
idea es que para sobrevivir en un mundo terriblemente complejo, el ser humano
ha aprendido a simplificar las cosas, pero esto, sostiene Taleb, es lo que nos
ciega ante los cisnes negros. Incluso este es el origen de las profesiones. “Todo
hace parte de nuestro propio ego. ¿Cuántas veces le ha escuchado decir a un
experto decir ¡no sé!?”, se pregunta el autor.
La trampa del pavo
Tenga
en cuenta el siguiente titular del 13 de diciembre de 2003 de la cadena de
noticias Bloomberg News, “La bolsa sube, el terrorismo sucumbirá gracias a la
captura de Hussein”. Ahora revise este apenas unas cuantas horas más tarde, “La
bolsa cae, la captura de Hussein pone nerviosos los mercados”.
Esto
por su puesto no tiene ningún sentido. Pero aun así aquello que no conocemos
solemos dejarlo en manos de expertos. Sin embargo, ¿no ha pensado que para
escribir noticias como esta los periodistas tienen apenas pocos minutos? Esta
arrogancia la comparten todas las ciencias sociales y naturales. “El ser humano
tiene gran capacidad de echar y creerse sus propios cuentos”, dice Taleb.
Piense
por ejemplo cómo hace unas décadas en las zonas rurales de Colombia se pensaba
que era saludable quitar todos los dientes y remplazarlos por una caja. Muchas
personas hoy en día no tienen sus dientes gracias al consenso de los
odontólogos de la época.
Ahora
suponga que un pavo pudiera ir midiendo su bienestar. Son unas cuantas semanas
antes de año nuevo. El pavo se levanta día a día y percibe cómo lo alimentan
mejor y mejor. !Hasta que un día pasa a ser el banquete de alguien! Para Nassim
Taleb esta visión del pavo sacrificado antes de año nuevo es lo que muchas veces
nos sucede frente a los cisnes negros. Estamos acostumbrados a revisar en el
pasado el desempeño futuro.
Un mundo de extremos
En
2004 el Departamento de Estadísticas de los Estados Unidos estimó que el precio
del petróleo llegaría si mucho a US$27 el barril luego de 25 años. Tan solo
seis meses más tarde el precio ya rondaba los US$54 y hacie el presente varias
veces ya ha superado los US$100. ¿Cómo puede un cisne negro ser tan potente? Nassim
Nicholas Taleb explica que cada vez estaremos más expuestos a cisnes negros. Y
su impacto crecerá ampliamente con los años. Todo esto porque el mundo está
cada vez más interconectado y, como veremos, se conforma por extremos.
Si
lo piensa, las desviaciones estándares características de una campana de Gauss
son precisas para medir variables entre los seres humanos, como el peso o la
estatura. Ejemplos básicos. Pero ahora considere variables como el nivel de
ingresos, el éxito profesional, el poder político o el conocimiento. ¡Acá no
hay nada estándar! “Vivimos en un mundo cada vez más desigual, lo cual amplifica
el poder de los cisnes negros”, explica Taleb. Esta tendencia se puede ver en
todo. Tan solo los cinco hombres más ricos del planeta, pueden representar un
buen porcentaje de la riqueza mundial.
Pocos
éxitos editoriales, por ejemplo, representan más del 80% de los libros vendidos
en distintos países. El éxito de los artistas o los futbolistas son casos
similares. Apenas unos cuantos seres humanos pueden tener un impacto directo en
el precio de un commodity como el petróleo. Hoy como nunca antes, nuestro
destino está en manos de unos pocos.
Los economistas: exceso de dopamina
En
los años 60 se descubrió que la enfermedad de Parkinson se debe tratar
suministrando directamente a los pacientes dopamina, un neurotransmisor que no
pueden producir por ellos mismos. Al parecer, la dopamina corresponde a la
parte biológica en nuestro cerebro que incide en el nivel de certeza que
tenemos del mundo. Incluso, son crecientes los casos de demandas interpuestas
por pacientes que luego de grandes dosis pierden grandes cantidades de dinero
apostando en casinos.
La
dopamina los convierte en adictos a las apuestas. Bien, para Nassim Taleb, de
las distintas profesiones los economistas son quienes presentan mayores niveles
de dopamina.
El
caso de la firma Long-Term Capital Management LTCM que en 1998 perdió US$ 4,6
billones en pocos meses y ocasionó una fuerte crisis financiera es apenas un
ejemplo de esta idea. Uno de los fundadores de LTCM, Robert C. Merton, ganó el
premio Nobel en economía apenas un año antes de la crisis, precisamente por el
desarrollo de modelos gaussianos de equilibro general en los que se basa la
economía neoclásica. Los economistas contemporáneos parten de un supuesto
difícil de aceptar bajo la óptica de los cisnes negros: que los seres humanos
somos racionales en nuestras decisiones.
“Las
matemáticas de los economistas solo tienen un efecto. Elevan las barreras de
entrada a otros pensamientos. Aquellos que no son buenos matemáticos no tienen
cómo demostrarles a los demás que lo que dicen no tiene sentido”, opina Taleb.
El autor cree que en este proceso la historia ha dejado de lado excelentes
economistas que no son tan arrogantes.
Tan
solo revise los pronósticos de los llamados “expertos” sobre las distintas
variables económicas y encontrará una importante tasa de fracasos. Esta historia
se repite en todas las profesiones que miran el futuro como si lo entendieran,
los analistas de riesgos, los militares, o los corredores de bolsa. “Si algún
mensaje quiero dejar con mi libro es el valor de aprender a decir: no sé”, asegura
Taleb. ¿Qué para donde va el dólar? ¿Cuál va a ser el efecto del TLC? ¡No sé! ¡No
sé!
Otras
disciplinas como la psicología, el mercadeo, la publicidad o la sociología,
entre otras, también operan bajo el paradigma de la campana de Gauss. Para
Nassim Taleb un “fraude intelectual” que le hace daño a las ciencias sociales.
¿Qué puede decir una desviación estándar de la riqueza de Carlos Slim, sobre
las crisis inmobiliarias, los ataques del 11 de septiembre o la concentración
del poder en el mundo?
¡Cada vida! Un cisne negro
Además
de sencillez, el principal mensaje que podemos extraer de los cisnes negros es
aprender a reemplazar parte del tiempo que dedicamos a tratar de pronosticar
para empezar a prever un futuro cada vez más complejo. El énfasis debe estar en
la prevención.
Este
es un desafío que se le suma a las nuevas generaciones. Ya no es posible tener
en la cabeza todas las variables y actividades en una empresa como pasaba con
los gerentes de antaño. Esto implica aprender a confiar en los demás.
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Management de la Revista Dinero
Me gusto mucho el articulo y el autor del libro nos revela muchas verdades; pero alguna vez en HISTORY CHANNEL un programa llamada DECODIFICADO, revelaron algunos de los porfetas de hoy... uno de los tanto era un matematico de un universidad EEUU que con simplemente darle un valor a un personaje internacional y ajustar unas varaibles podia predecir el futuro... de acuerdo a esto la tesis principal del autor no se podria sportar.
ResponderEliminarMuchas gracias por el articulo como simpre excelente