martes, 29 de mayo de 2012

El Efecto Halo en los negocios

Cuando a las compañías les va bien, tendemos a hacer apreciaciones sobre su éxito en aspectos como cultura, valores, liderazgo o gestión humana. Pero realmente no sabemos si estos son los factores que explican su éxito.

Al parecer el dicho popular de “cada quien cuenta cómo le fue en el baile” tiene un fuerte impacto en la forma en que entendemos los negocios. La novela típica de que a los empresarios o empresas fracasan porque se hacen arrogantes y laxos, es inspiradora, pero difícilmente contiene todas las respuestas.

En su maravilloso libro The Halo Effect... and the other business delusions that deceive managers, el profesor Phil Rosenzweig del IMD en Suiza realiza la crítica más contundente al conocimiento tradicional en gerencia de los últimos años.

“Aunque los best sellers, los artículos de negocios o las recomendaciones de expertos, aseguran estar basados en investigaciones exhaustivas, gran parte de las veces se limitan a ser simplemente historias sin rigor conceptual”, argumenta Rosenzweig.

Como lo muestra este autor en su libro, una tendencia generalizada es elevar al cielo a los ejecutivos y empresas, al explicar las razones del éxito empresarial, para luego “caerles” cuando las cosas están mal. Recuerda por ejemplo la historia de Cisco Systems y su CEO, John Chambers. En los años 90, Cisco y su presidente fueron reconocidos por las revistas BusinessWeek y Fortune, entre otras, como el ejemplo a seguir en la nueva economía de internet.

Diversos libros, artículos y casos empresariales exaltaron el impresionante liderazgo de Chambers, su capacidad para oír las necesidades de los clientes y crecer ordenadamente a partir de adquisiciones. Cisco llegó a ser la compañía con mayor valoración del mundo. Pero cuando estalló la burbuja del .com en 2001, la acción de Cisco cayó de US$80 a US$14 en poco tiempo.

¿Cómo reaccionó el público? Según la prensa Chambers se hizo engreído, dejó de escuchar a sus consumidores y realmente la estrategia de adquisiciones no estaba tan bien coordinada. Nuevamente una buena historia, pero ¿justa?

Ahora bien, en la primera guerra mundial, el reconocido psicólogo conductista estadounidense Edgard Thorndike realizó una fascinante investigación entre militares. Thorndike descubrió que cuando los mandos superiores calificaban a los que consideraban los “mejores soldados” tendían a sobrevalorar sus capacidades en distintas facetas incluso no relacionadas con la vida militar.

A este comportamiento Thorndike lo llamó el Efecto Halo, una distorsión en nuestras percepciones, como cuando se tiende a creer que un niño bonito es más inteligente. Este Efecto Halo es para Phil Rosenzweig la mayor decepción en el pensamiento gerencial contemporáneo.

Es decir, cuando a las compañías les va bien, tendemos a hacer apreciaciones sobre su éxito en aspectos como cultura, valores, liderazgo o gestión humana. Pero realmente no sabemos si estos son los factores que explican su éxito, o simplemente son atribuibles al “buen momento” por el que atraviesan.

Gerencia sin respuestas fáciles

Esta simple idea puede cambiar la forma en que entendemos la gerencia. Bajo la óptica del Efecto Halo, incluso las verdades más vistosas empiezan a sonar sospechosas. ¿Conduce la satisfacción de la gente a escenarios más competitivos o, más bien, empresas competitivas permiten que la gente se sienta más satisfecha?

Por ejemplo, hoy en día se habla mucho de permanecer concentrados en el core business. Ahora bien, ¿las compañías son exitosas por enfocarse o las ya exitosas están enfocadas? Esta es más difícil. En general, Rosenzweig es muy crítico con los libros que ven la gerencia como una seudociencia, un complejo de la física, como por decir algo “los 7 secretos del éxito”.

¿Por qué cuando Lego decidió incluir entre sus juguetes a Harry Potter, y le fue mal, todo el mundo los criticó porque se desviaron de su core? Pero cuando Apple ingresó a un mercado realmente distinto como la música portátil, y les fue bien, todos decimos que supieron aprovechar un océano azul de oportunidades. ¿Al fin qué: enfocarse es bueno o malo? o ¿es una receta de consultores y académicos?

Los negocios son relativos y este mundo se presta para todo. Existen compañías diversificadas como también muy enfocadas, algunas tremendamente exitosas como otras que no dan resultados. Pero esto no explica necesariamente su éxito. Puede que sí o puede que no. Nuevamente estamos haciendo suposiciones de acuerdo al desempeño. Este es el Efecto Halo en acción.

El principal objetivo de este autor es ayudarnos a ser más críticos con lo que leemos y escuchamos respecto a lo que pasa con las empresas. En medio de la escasez de tiempo los ejecutivos y empresarios buscan en los libros de gerencia respuestas rápidas a sus dificultades diarias. Muchas veces encuentran inspiración en las historias, sin saber que en medio de tantas “verdades reveladas”, corren grandes peligros.

Desilusiones

Para Phil Rosenzweig el Efecto Halo es apenas la punta del iceberg desde donde se desprende toda una cadena de desilusiones para ejecutivos y empresarios. Piense por ejemplo en los libros más sonados de los últimos años. Por ejemplo, el libro En búsqueda de la excelencia (1982) de los autores Peters y Waterman, con un impacto arrollador, describe ocho principios para el éxito.

Sin embargo, para Rosenzweig la forma en que se investigó está plagada del Efecto Halo. Los autores escogieron las compañías más exitosas de la época como IBM, Digital Equipment y Caterpillar, y las estudiaron principalmente con entrevistas a sus gerentes y artículos de revistas, entre otras fuentes. Pero seamos sensatos, usted es gerente de una compañía que está en la cúspide y lo entrevistan ¿qué puede decir? ¡nuestro éxito es gracias a nuestra gente, foco o cultura! Lo que argumenta Thorndike es que no tiene sentido tomar esta información como una ruta segura hacia el éxito, y de hecho muchas de estas empresas excelentes luego fracasaron.

Otra desilusión típica es creer que se ha encontrado el santo grial que garantiza el buen desempeño para siempre. Esta es en gran medida la promesa del libro Empresas que perduran (1997) de los autores Collins y Porras quienes trataron de establecer las razones de la longevidad de empresas como Disney y Boeing. Pero en esa oportunidad nuevamente las fuentes de información fueron las empresas mismas en su mejor momento y documentos sobre ellas. Todos datos contaminados con el Efecto Halo. Al final, muchas de las empresas de este libro incluso ya desaparecieron. Esto es una muestra de que deberíamos avanzar en reconstruir información más limpia.

Según Phil Rosenzweig existe un complejo en la gerencia de querer parecerse a la física. Pero esto no es posible. Muchos libros alardean de la cantidad desbordante de información que han acumulado, como el segundo libro de Collins Empresas que sobresalen (2002), pero según Thorndike de nada vale la cantidad si está llena de Halos. No pasarán de ser simplemente buenas historias. Sin lograr información más veraz jamás daremos respuesta efectiva a preguntas como ¿qué tanto impacta realmente un nuevo gerente el desempeño de una empresa? o ¿qué tanta importancia tiene realmente la cultura corporativa?

Estrategia y ejecución

Queda entonces pendiente la pregunta ¿qué explica el desempeño de una compañía? Al respecto, a Phil Rosenzweig le gusta pensar que el desempeño es el resultado de tan solo dos variables: estrategia y ejecución. Lo que sucede, explica, es que en un mundo tan variable las empresas enfrentan inmensos riesgos al tomar decisiones estratégicas. ¿En qué mercados competir? ¿Qué línea de producto ampliar? o ¿Con quién aliarse o a quién combatir?

En estrategia corporativa no existen verdades reveladas. Además, la mayoría de los libros de gerencia fallan al creer que el desempeño es relativo cuando en realidad este es absoluto. No existen recetas en gerencia por la sencilla razón de que a pesar de que usted haga las cosas bien, su competencia directa las podría hacer mucho mejor.  

Y respecto al tema de la ejecución, tan en boga gracias a publicaciones como El arte de la ejecución en los negocios (2004) de los autores Bossidy y Charan las cosas tampoco son tan cristalinas. Definitivamente hay que ejecutar muy bien las estrategias planteadas pero, ¿en qué? Las empresas no pueden ser excelentes ejecutoras en todo y, como en el caso de la estrategia, tendrán que elegir.

Para algunas, ejecutar muy bien la logística será fundamental cuando otras dependerán de aspectos como ventas y mercadeo. Todo es relativo. Así pues, en la combinación de estos dos mundos, estrategia y ejecución, según Rosenzweig las empresas debaten su desempeño en el presente. Sin fórmulas, ni recetas. Ni tampoco con el éxito garantizado para siempre como algunos prometen, sino en el ejercicio crítico de ir evaluando el día a día.


Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Management de la Revista Dinero

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