Esta es la propuesta del reconocido
autor Garr Reynolds para hacer presentaciones inspirado en las ancestrales técnicas
japonesas.
Esta
historia arranca con dos imágenes millonarias, la de Google y Yahoo!. Ambas son
muy conocidas, aunque una ha sido mucho más exitosa que la otra. ¿Qué
diferencia sustancial hay entre ellas? Mientras Google parece un atributo a lo
simple y lleva un mensaje limpio, directo, con un diseño balanceado y
moderno; Yahoo! presenta mucha más
información, muy pocos espacios en blanco (de hecho en 1999, cuando Google
salió al mercado, Yahoo! tenía más de 175 hipervínculos) y una página cargada
de texto. Si las imágenes reflejaran los balances de las empresas, por lo menos
en la guerra de los buscadores de contenidos, lo simple está ganando la
batalla.
Sin
embargo, este artículo no tiene que ver con marcas, sino con un aspecto más
terrenal. En carne propia todos hemos tenido que sufrir, en el estudio o en el
trabajo, las tediosas presentaciones del mundo moderno. PowerPoint tan solo
lleva más de dos décadas en el mercado pero parece un invento de toda la vida. Esta
herramienta fue creada por los diseñadores Robert Gaskins y Dennis Austin en
1987 para Mac, pero luego pasó a manos de Microsoft y desde entonces el mundo
no ha sido el mismo. La típica presentación de hoy: diapositivas llenas de
texto en viñetas, una tras otra en fuente 10 que nadie puede leer, sin
espacios, formatos prediseñados con gráficas infantiles y en la esquina el logo
corporativo... y luego de la media hora perdida solo nos preguntamos ¿en qué
momento se nos olvidó presentar y hacer presentaciones? Pues la mayor parte de las
veces la presentación, en vez de ayudar, hace daño.
Al
parecer, el descontento es generalizado. En 2001, el famoso autor Seth Godin
escribió un artículo de diez páginas con el título Really Bad PowerPoint que se convirtió en el texto electrónico más
vendido ese año en Amazon.com. De hecho, la molestia con las presentaciones
modernas tiene un fundamento científico. Un estudio de la University of New
South Wales encontró que “es más difícil procesar información cuando esta se
recibe en forma verbal y escrita simultáneamente”. Al respecto, Garr Reynolds,
autor del maravilloso libro, Presentation
Zen: simple ideas on presentation design and delivery, opina que “una buena
presentación oral es distinta a un documento bien escrito, tratar de juntar las
dos cosas tiene como resultado malas presentaciones y malos textos”.
Presentation Zen
Garr
Reynolds es considerado una autoridad mundial en diseño y ejecución de
presentaciones. Hace tiempo está radicado en Japón, donde es profesor en la
Kansei Gaidai University, director de la organización Design Matters Japon y es
el creador del Blog Presentation Zen, el sitio en presentación y diseño más
famoso del mundo.
“Realmente
el problema no son los software como PowerPoint, o el mucho más cool Keynote de
Apple, sino los malos hábitos que han generado”, explica este autor. En sus
inicios Steve Jobs, cofundador de Apple, visionó el computador “como el
equivalente de una bicicleta que potencia la mente humana”, pero para el caso
de las presentaciones, Reynolds opina que funcionan más como automóviles que
frustran el pedaleo de la creatividad y la imaginación. Es decir, según este
autor, es posible crear presentaciones memorables incluso con la versión más
vieja de PowerPoint, pero se requiere un cambio de mentalidad. Las claves son
desconectarse en la preparación, simplicidad en el diseño y naturalidad en la
ejecución.
He
aquí, para arrancar, una gran mentira que muchos nos decimos todo el tiempo ¡yo
no soy creativo! Esta categoría solemos dejarla en manos de escritores,
artistas o diseñadores, mas no en las propias. Pero realizar una presentación,
recolectar información, organizarla, estructurarla y además crear un diseño y
utilizar multimedia (así sea escoger entre los predeterminados en PowerPoint)
es un acto eminentemente creativo. No importa si usted es un científico, un
médico o una persona de negocios, cuando se trata de presentaciones usted es un
creativo. “Hacer una presentación requiere tanto del lado izquierdo como del
derecho del cerebro”, argumenta Reynolds. Según este autor, como en la
filosofía Zen, implica tener una mentalidad de niño o principiante. Permitir
deslumbrarse y en muchos casos dejar el pasado atrás.
El
experto en mercadeo, Seth Godin, considera que una presentación es una “transferencia
de emociones”. “Comunicarse se trata de persuadir a los demás, venderles una
idea o un punto de vista. Expresar algo que le apasiona, por lo que está
entusiasmado, triste o algo que le angustia. Pero si todo lo que quiere es
presentar unas cifras y unas gráficas, mejor cancele la reunión y envíe un
reporte”, plantea Godin. Todos tenemos una historia que queremos contar. ¿Cuál
es su historia?
La preparación
Curiosamente,
el mejor consejo que usted puede recibir sobre cómo hacer buenas presentaciones
es antes de arrancar apagar su computador. “Un error usual es sentarse al
frente de una diapositiva y allí pensar el contenido de su charla. Antes del
diseño usted necesita ver la imagen general, y los puntos centrales de su
historia”, argumenta Reynolds en su libro.
Para Reynolds las mejores herramientas en esta fase son papel y lápiz,
muchos post-its, crayones o el tablero en acrílico de su oficina. “Usted
necesita desconectarse; en mi experiencia siempre encuentro que agarrar un
lápiz y un papel es la mejor forma de conectarme con mi cerebro y que las ideas
fluyan más espontáneamente”, dice Reynolds. De hecho, asegura que los mejores diseñadores
arrancan la jornada “unplugged”.
Preparar
una presentación significa organizar sus ideas e identificar el mensaje
principal de su historia, y aquí es fundamental realizar las preguntas
correctas. “La gente suele preguntarme cosas como ¿cuántas diapositivas debo
utilizar?, sin entender que las presentaciones serían mucho mejores tan solo
con contestar ¿cómo es mi público? ¿qué esperan? o ¿cuál es el eje central de
mi historia?”, plantea el autor.
Busque
inspiración en lugares insospechados, como por ejemplo en el esquema de las
caricaturas, en la música, en el arte o realizando historias en gráficos de
tablero, una técnica muy común en la industria del cine. Hoy en día infinita
información está disponible en tiempo real para cualquiera, entonces lo que la
gente realmente va a valorar es su historia, su creatividad y el mensaje detrás
de sus datos.
Hoy
es típico ver presentaciones cargadas de datos, texto y gráficas. Para esto,
Garr Reynolds recomienda que la presentación tenga tres componentes: su
presentación, que debe ser lo más contundente y simple posible, sus notas para
que pueda guiarse y, algo fundamental, un documento escrito con las ideas,
datos y cifras para dejarle a los asistentes. “El documento es la prueba que le
va ayudar a convencer a los académicos entre sus asistentes de aquello que les
ha vendido emocionalmente”, alguna vez dijo Seth Godin.
Finalmente,
siéntase George Lucas o Steven Spielberg, y edite el contenido de su
presentación, quite las diapositivas, incluso de las que se siente más
orgulloso, si no le agregan al valor a su historia. En ninguna charla es
posible decir todo lo que hay que decir, y si todo le parece importante
entonces nada es realmente prioritario.
El diseño
En
la filosofía Zen una palabra fundamental es Kanzo que significa simpleza. “Las
presentaciones se deberían pensar como los jardines Zen, espacios abiertos sin
mucha ornamentación, unas pocas rocas bien seleccionadas y hermosas estructuras
en madera”, ilustra Reynolds. En nuestra cultura tendemos a confundir lo simple
con simpleza. Pero la simplicidad no necesariamente es ser simple y gran parte
de las veces implica el mayor trabajo. Albert Einstein solía decir “has todo lo
posible para hacer las cosas más simples no simplistas”. Por otra parte, el
diseño de una presentación va mucho más allá de la decoración. “El diseño debe
arrancar en la mente desde el comienzo, no como una serie de adornos para el
final”, argumenta el autor. Es decir, el diseño debe estar compenetrado con el
mensaje y el espíritu de la historia desde que arranca y no se debe tratar como
el mensaje que se coloca una vez terminado el pastel.
Según
Garr Reynolds existen tres recomendaciones muy puntuales para el diseño de una
buena presentación. Usted puede revisar www.presentationzen.com o la página
www.ted.com de la comunidad Technology, Entertainment, Design para ver casos
reales de diseño y ejecución de presentaciones memorables. La primera
recomendación clave del diseño tiene que ver con la relación de elementos
relevantes vs. basura en la diapositiva. En un ejemplo del libro, una
diapositiva pretende comparar las tasas de obesidad entre Estados Unidos y
Japón con tasas de 33% contra 3,2% respectivamente. Pues en este caso en
particular no vale la pena colocar información de más países, estas dos cifras
son tan contundentes que sustentan toda una historia.
Algunas
personas van más allá, como Seth Godin, quien opina “no más de 6 palabras por
dispositiva, ¡nunca!! No existe un tema lo suficientemente complejo como para
romper esta regla”. Esto puede ser exagerado, pero la clave es hacer
dispositivas que den fuerza a sus palabras, no que las repitan.
El
segundo concepto del diseño tiene que ver con el poder de las imágenes. Y en
esto vale la pena ser muy concretos. Una estrategia mucho mejor que utilizar
los formatos prediseñados de PowerPoint, para algunos casos, es utilizar de
fondo fotos profesionales, con algunos títulos llamativos. Si usted no es un
profesional en diseño puede encontrar fotos de calidad en páginas como
www.istockphoto.com o www.fotolia.com.
Finalmente,
la tercera recomendación se refiere al balance y elegancia de utilizar fuertes
espacios en blanco. Imagine una diapositiva con fondo blanco nítido simplemente
con la imagen de un Suchi en el centro y el título “el 3,2% de los japoneses
son delgados”. Amplios espacios sin utilizar muchas veces son sinónimo de
profesionalismo. Nuevamente, entender el aporte de estas lecciones solo es
posible al ver presentaciones en las páginas ya citadas.
La ejecución
Y
aquí el secreto es ser muy humanos. Algunas investigaciones sugieren que los
alumnos evalúan a los mejores profesores cuando estos “logran ilustrar lo que
dicen con historias y anécdotas personales”. Recuerde, la información hoy es
asequible para todos, lo que realmente cuenta es la historia detrás de los
datos, la personalidad de quien expone, sus experiencias, sus ilusiones,
alegrías y tristezas, y su forma de ver la vida. Como en la filosofía Zen, las
personas que saben presentar se aíslan del mundo entero para estar
completamente allí en ese momento, para vivirlo con pasión y entregar todo de
sí. Dejan el alma entera para su público.
Estructurar,
realizar y hacer presentaciones es un arte que se cultiva en la vida. Aproveche
cada momento para mejorar: la cotidianidad, el jazz, el trancón, las películas
y los problemas. En la vida profesional una pésima presentación puede marcar su
carrera, pero alguna en la que haya logrado trascender, conectarse realmente
con un grupo de personas que no solamente están inclinando la cabeza en síntoma
de aprobación, puede ser una experiencia imborrable para el resto de sus días.
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Management de la Revista Dinero
Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Management de la Revista Dinero
Bacano. Cuando se asiste a congresos o simposios nacionales en donde se exponen ideas generales sobre investigación la bostezadera es sistemática, uno ya conoce que va a pasar: Titulo, grupo de investigación, introducción, métodos, resultados y conclusiones, y el infaltable GRACIAS.
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