domingo, 15 de abril de 2012

¿Cómo saber cuándo renunciar o cuándo persistir?


El consejo típico: ¡nunca debes renunciar! es mentira. Las personas más exitosas reconocen cuándo es estratégico renunciar y lo hacen con mayor frecuencia que las demás. Sin embargo, también tienen perfectamente claro cuándo deben aferrarse a un sueño hasta el final. ¿Cómo reconocer la diferencia?


En tan solo una frase voy a proponerle toda una filosofía de vida ¡Siempre hay alguien que ve! Este simple mensaje puede servirle de aliento a un barrendero que se trasnocha hasta la madrugada porque al día siguiente alguien puede descubrir el resplandor de su piso.

Pero también puede serle útil al artista, al estudiante, al emprendedor, al deportista o al ejecutivo. Es normal sentir esa sensación de que nadie percibe nuestro esfuerzo. Pero mientras haga las cosas de corazón y sea persistente con sus ideales ¡Siempre hay alguien que ve!

Es cierto que la perseverancia es uno de los dones más valiosos en un ser humano. Sin embargo, esto no implica que debamos cuestionarnos si estamos perseverando en los proyectos correctos. Preguntas como ¿debo continuar en mi trabajo actual? ¿Retirarme? ¿Dejar a un lado mi intento por hacer empresa? ¿Dedo persistir con esa persona? Resultan tortuosas de contestar.

Este artículo trata sobre la renuncia desde una perspectiva estratégica. Desafortunadamente, renunciar es un acto que viene acompañado de estigmas morales y éticos, lo cual nubla nuestra capacidad para entenderlo y aprovecharlo.

Desde el comienzo tenga muy claro que renunciar no implica dejar de luchar, sino por el contrario, es la oportunidad perfecta para dedicar todas sus capacidades y recursos a los proyectos en los que tiene mayor potencial. Paradójicamente aquellas metas que implican mayores sacrificios son las más valiosas y a estas debe aferrarse con pasión.

Las situaciones que no lo retan personal o profesionalmente son las que tiene que dejar de inmediato a un lado. En este artículo vamos a tratar ambos caminos. Empezamos por el más interesante: el del esfuerzo.

La caída

“Renuncie a lo que no sirve. Apéguese a los proyectos correctos. Tenga el coraje de hacer lo uno o lo otro”, afirma el famoso autor Seth Godin en su éxito editorial editorial The Dip: A little book that teaches you when to quit (and when to stick). En esta oportunidad Seth Godin elabora un argumento apasionante.

El éxito profesional y personal depende en gran medida de saber reconocer cuándo hay que renunciar o cuándo se debe permanecer. “Créanlo o no, renunciar es en muchos casos la mejor estrategia para gerenciar la vida y el trabajo. Pero, en algunas ocasiones, es exactamente lo peor que puede hacer”. ¿Cómo resolver este dilema?

Hace falta imaginar el mundo que plantea Seth Godin para tratar de encontrar salidas a esta encrucijada. Piense en una gráfica que relaciona su esfuerzo con los resultados que va obteniendo en el camino. Muchos de los proyectos a los que nos enfrentamos suelen tener una curva ascendente al comienzo. Este es el momento de mayor entusiasmo. Para muchos se le conoce como “suerte de principiante”. Representa el enamoramiento cuando a un nuevo amor lo vemos casi perfecto. El nuevo trabajo en el que aprendemos cosas nuevas cada minuto. El que se nos note tan pronto arrancamos a hacer ejercicio. La primera fase de un edificio en construcción. En fin, ya capto la idea.

Sin embargo, gran parte de las veces, esa pequeña curva inicial empieza rápido a caer a un abismo. Es de aquí donde Seth Godin extrae el título de su libro. The Dip representa esa gran caída que separa a “los principiantes de los maestros” o “la mediocridad de la grandeza”. Es en ese punto en el que nos sentimos estancados y por más que trabajamos nos cuesta llegar a un escaño adicional. La adversidad con la cual la sociedad nos reta a diario.

La escasez es valor

Algunos ejemplos prácticos le pueden ayudar a entender esta gran “caída” en acción. Vea sus abdominales. ¿Se ha preguntado porque no se parecen a los de una portada de revista? La razón es simple: en algún momento cuando se propuso hacer ejercicio, ya sea por dificultad, dolor o por no ver resultados, renunció. Pasa cuando en una relación de pareja la persona no resulta ser tan perfecta y en vez de dar la batalla usted se aleja. Piense en cada vez que dejó a un lado un proyecto porque las cosas se pusieron difíciles y encontrará un ejemplo del “desplome” al que se refiere Godin.

Si lo piensa, la vida profesional funciona en los mismos términos. Buscar trabajo es en últimas enfrentarse a un fuerte Dip. Lo mismo que hacer empresa o salir adelante como ejecutivo. Como si se tratara de un proceso de selección natural la sociedad va tejiendo sus redes en las que unos quedan atrapados y otros continúan. Según Seth Godin renunciar en estos momentos de dificultad es la peor estrategia. Este es el principal mensaje de este artículo. Como diría el consultor en gestión humana José Vicente Pombo “cambiar de puesto cuando se está en medio de una crisis es eludir el problema”.

Lo interesante, para Seth Godin, es que las personas que tienen mejores cargos o están en posiciones privilegiadas no necesariamente son más inteligentes. En su opinión, la principal ventaja de estos personajes frente a sus competidores es que en algún momento el resto se alejó del camino. Ser presidente de una empresa pueda que no sea tan difícil. Llegar a este punto es lo realmente complicado. Lo que pasa es que “algunos logran ver la luz al final del túnel y se aferran a su propósito hasta el final. Para otros todo siempre permanece oscuro”.

Como anécdota, distintos estudios muestran que en promedio toma siete intentos conseguir un cliente nuevo. La mayoría de la gente se rinde en el quinto. Apenas muestras del error que implica renunciar cuando se transita el camino del esfuerzo.

El mejor del mundo

Seth Godin opina que la adversidad crea escasez y que la escasez es valor. Entonces piense lo siguiente. Si el secreto para llevar la vida profesional es diferenciarse de los demás, estas fuertes “caídas” son su mejor oportunidad para destacarse. En otras palabras, en un mundo hipercompetitivo usted debe entender la adversidad como su aliado. A usted no le interesa que cualquier persona lo opere de los ojos o realice los planos de su casa.

Usted va a buscar al mejor especialista o arquitecto a su alcance. Aquellos que se hayan destacado sobre los demás por su compromiso con sus carreras. Este es un mensaje simple pero poderoso. Es posible incluso aplicarlo a la vida empresarial. En últimas, el objetivo de una empresa es crear un Dip tan extenso para su competencia (un camino a recorrer tan arduo), que esta ni siquiera se atreva a emprenderlo.

Para Godin el propósito final es crear lo que define como “ser el mejor del mundo”. Pero distinto a la visión utópica de un gurú convencional el planteamiento de este autor es más terrenal. Trata sobre ser lo mejor disponible para las personas a quien usted quiera atender. El mejor maestro de un colegio, la papelería más completa de la ciudad o el hombre que más admira su esposa.

Pero también lo es crear un producto perfecto para su cliente, una fuerza de ventas eficaz o avanzar en sus estudios lo más que pueda. Ninguna de estas es una meta pequeña. El recordado Juan Luis Londoño, quien fue  ministro de Protección Social y director de Dinero, decía que “el mundo es de los exagerados”. La vida profesional, personal y empresarial exige mucho de esta actitud. Y para esto debemos estar concentrados.

Entonces, ¿cuándo renunciar?

Algo hace falta para que la lección típica de colegio ¡nunca debes renunciar! sea realmente un buen consejo. ¿Qué tal esta otra recomendación?: ¡No renuncies si alcanzas a percibir que en el largo plazo el esfuerzo vale la pena! Seth Godin explica que no todas las carreras profesionales son iguales. Algunas se pueden imaginar como una montaña rusa, con subidas y bajadas, mientras que otras se parecen más a una línea plana que crece lentamente. Algunos empleos o proyectos permanecen llanos desde el comienzo hasta el final. Aquí no hay grandes caídas, ni retos, solo la mediocridad que implican ciertas posiciones de conformidad.

En la topología de este autor existen dos tipos de carreras que solo conducen al fracaso. En la primera imagen la gente simplemente está en empleos en los que no tienen que esforzarse para mejorar. Este tipo de situaciones son fáciles de identificar en las organizaciones. Lamentablemente algún familiar, un amigo o usted mismo puede estar en una de ellas. Pero existe un segundo tipo de carrera a “muerte” más complicada de percibir. Trata sobre aquellos trabajos donde sentimos que vamos alcanzando logros pero que por distintas razones al final conllevarán al fracaso. Es decir, algunos proyectos en donde realizar el profundo esfuerzo que implica superar el Dip no vale la pena.

Solo usted puede reconocer si se encuentra en alguno de estos dos caminos. Pero para Seth Godin la recomendación es una sola. Cada vez que se enfrente con este tipo de situaciones renuncie. No en una semana, ni el mes siguiente, sino hoy mismo. Cuando sienta que su esfuerzo no se ve recompensado, ni en el presente, ni en el futuro, usted está perdiendo tiempo valioso para dedicarse a proyectos con mayor potencial. En el fondo, el mensaje es valioso. “Todos tenemos la capacidad de realizar hazañas perdurables. La única diferencia es que algunos saben escoger sus luchas”.  

Muchas situaciones personales, culturales u organizacionales crean este tipo de carreras a “muerte”. Frecuentemente, el problema es de relaciones humanas. José Fernando Calderón, gerente general de la prestigiosa firma Egon Zehnder International, explica que a nivel gerencial las malas relaciones con el jefe son la mayor causa de retiros. Con seguridad la razón más importante por la cual está en un plan de carrera equivocado es que este no satisface sus gustos y lo que más sueña hacer en la vida.

O simplemente el problema es de la empresa donde trabaja por mala gerencia. Los sentimientos humanos son tan amplios como las razones por las cuales se encuentra en un trabajo que no lo reta emocional ni profesionalmente. Lo importante es entender que “el trabajo mediocre usualmente no es por falta de talento sino por estar en el plan de carrera equivocado”

Las trampas del ego

Desde pequeños nos han inculcado que renunciar es un acto inmoral, cuando en ocasiones es la mejor opción para salir adelante. Pero en otras ocasiones es el ego el que no nos permite hacerlo. Esta es la peor trampa de la vida. A nivel personal renunciar implica inmensa madurez. Las empresas también tienen que tranquilizarse y aprender a asumir la renuncia.

En algún momento, Carvajal dominaba el mercado mundial de los libros animados con su compañía Mancol. Pero llegó un punto en que la competencia asiática hizo imposible el negocio. Esto les ayudó a entender como organización que en ocasiones se debe renunciar para seguir adelante en proyectos más promisorios.     

Renunciar es duro. Como también es humano retirarse cuando algo duele. Pero como dice José Vicente Pombo la vida profesional es una maratón de más de 40 etapas. No solo de cinco o seis. Entonces, tenemos que definir para cuánto tiempo estamos preparando nuestra lucha. Esta tiene que darse gradualmente pero con mucho empuje. Renunciar para eludir una crisis es solo agrandar el problema. Igual va a tener que iniciar de nuevo. Entender que está al frente de una adversidad, del Dip del que habla Godin, es el comienzo de una carrera de éxito. Y si lo hace de esta forma tiene mayor chance de que alguien lo vea.

Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Manegement de la Revista Dinero

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