jueves, 29 de marzo de 2012

No dejes para mañana…

En promedio el 95% de las personas admite que suele aplazar el trabajo para después. El reconocido experto Piers Steel explica ¿qué es la procrastinación y cómo combatirla?


En esos momentos usted hace todo lo imaginable menos el trabajo que tiene que hacer. Revisa el correo, riega las matas, limpia el escrito y hasta aprovecha para sacar al perro. Cada vez que intenta ganar tracción en su trabajo algo lo distrae. Desde que surgió por primera vez en el siglo XVI el término procrastinación se utiliza para describir esta conducta irracional. El profesor de la Universidad de Calgary en Canadá, Piers Steel, es considerado una autoridad mundial en la materia. Él es autor del libro Procrastinación: Por qué dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy.

En sus investigaciones el profesor Steel ha encontrado que el 95% de las personas aplazan trabajo del momento. Sin embargo, explica que procrastinar no es simplemente aplazar las cosas. “No es pereza o vagancia, al contrario los procrastinadores quieren hacer las cosas, pero les cuesta trabajo empezar a hacerlo”, explica el autor. Décadas de investigaciones le han permitido al profesor Steel encontrar hallazgos fascinantes respecto a la procrastinación. Por muchos años se pensó que procrastinar tenía que ver con el grado de perfeccionismo en una persona. Pero esta idea no es soportada por la ciencia. En realidad el profesor Steel explica que gran parte de la tendencia a procrastinar tiene que ver con el cerebro.

Muy concretamente hay personas que tienden a ser más impulsivas. “Vivir impacientemente en el momento, y quererlo todo ahora mismo, es el talón de Aquiles  de un procrastinador”, asegura el profesor Steel. Como referencia los hombres son un poco más procrastinadores que las mujeres. Al igual que este es un aspecto que tiende a mejorar con los años. Para conocer un poco más sobre este fascinante tema entrevistamos al profesor Piers Steel.

En español no es tan usual el término procrastinación como en inglés. ¿Qué significa procrastinar?

Pueda que no utilicen la palabra, pero saben lo que significa. De hecho en cada idioma existe una palabra para referirse a la procrastinación. En Hawái la llaman napa, los daneses le dicen uitstel y los suecos fördröjning. Incluso en la Universidad Complutense de Madrid el académico Juan Francisco Díaz Morales estudia formalmente la procrastinación en España.

En esencia procrastinar es dejar para más tarde aquello que somos conscientes deberíamos hacer justo en el momento. Es aplazar las cosas aun sabiendo que esto nos perjudica. Cada vez que no es capaz de sentarse a trabajar usted está procrastinando. Cuando se compromete a hacer dieta y al mes aun no ha bajado un kilo. Cuando un estudiante no logra concentrarse para el examen o el escrito del día siguiente. La procrastinación está presente en cada país del mundo y su presencia es cada vez más fuerte.

¿Cuáles son las principales causas de la procrastinación?

Procrastinar es un hecho natural del ser humano. Es un fenómeno mundial porque estamos codificados biológicamente para ello. Se calcula que el 50% del grado de procrastinación en una persona corresponde a sus genes. Así como los genes explican el aspecto físico, como el color de los ojos, también dan forma a la estructura del cerebro. Y es en el cerebro donde surge la procrastinación. 

Cada vez que tomamos una decisión, cuando decidimos ejecutar una tarea o preferimos aplazarla para después, se activan dos regiones del cerebro. Por una parte el sistema límbico responde a las necesidades más inmediatas del cuerpo. En cambio la corteza prefrontal se encarga de los pensamientos abstractos como hacer planes al futuro. Algunas personas nacen con cortezas prefrontales débiles y sistemas límbicos más fuertes que las inclinan a procrastinar. Sin embargo, así como el ejercicio ayuda incluso a las personas no atléticas, todos tenemos la oportunidad de fortalecer nuestra fuerza de voluntad.

¿De qué se trata la ecuación de la procrastinación?

Por décadas los investigadores han tratado de entender la conducta irracional de aplazar para mañana las tareas del presente. Economistas, psicólogos y científicos del cerebro, entre otras profesiones, tienen sus propias respuestas al respecto. La ecuación de la procrastinación es una amalgama de todos estos aportes. En general son tres las variables claves a la hora de procrastinar: las expectativas, el valor y la impulsividad.

Respecto a las expectativas, entre más confianza tenemos de que podemos lograr una meta, mayor va a ser nuestra motivación para alcanzarla. En lo que se refiere al valor tiene que ver con cuánto disfrutamos una tarea. Por supuesto va a ser más fácil que procrastinemos en tareas que no nos gustan y consideramos tediosas. Finalmente está la impulsividad, que es la tendencia a valorar más el presente que el futuro, sin duda, el rasgo distintivo de la procrastinación.

Entonces muchas veces no es que las personas sean perezosas. Simplemente es la combinación de estas tres variables las que al final los empuja a dejar las cosas para último momento.

¿Qué tan costosa es la procrastinación?
  
La mayoría de la gente procrastina cerca del 25% por ciento del día, excepto los estudiantes que llegan a procrastinar hasta casi medio día. En la mente la gente piensa que por procrastinar las cosas se empeoran. Y tienen razón… los costos de la procrastinación tienen que ver con lo que dejas a un lado sin trabajar.

En mi libro me enfoco en cómo la procrastinación afecta nuestra salud, riqueza y felicidad. Por ejemplo, recientemente terminé una investigación que muestra cómo en promedio de las universidades ahora es más femenino porque las mujeres tienden a procrastinar menos que los hombres. Si lo intriga este tema, tengo una aplicación gratis para iPhone The Procrastination Quotient, que calcula cuánto pierde en un día por porcrastinar. Pero tal vez los costos más altos de procrastinar tienen que ver con la salud. Literalmente esto lo puede matar si no hace deporte o deja para después los exámenes que tiene que hacer hoy.    

¿Qué podemos hacer entonces para mejorar en este aspecto?

La ciencia avanza a pasos agigantados para entender cómo operan las cosas, incluido el comportamiento humano. En los últimos dos siglos hemos experimentado con diversas técnicas de la motivación. Lo que hago en mi libro es organizar y presentar estos hallazgos para poder aplicarlos en la vida diaria. Allí existen recomendaciones concretas como, por ejemplo, quitar el timbre de los mensajes de texto en su celular o computador. Este solo hecho puede aumentar su productividad en un 10%. Imagine lo que esto puede significar en un año de trabajo.

Pero desde una perspectiva más amplia la clave es entender las tres facetas de la procrastinación: las expectativas, el valor y la impulsividad. Se estima que el 70% de los jóvenes universitarios tienen problemas serios con la procrastinación. Usualmente son el segmento de la población que más procrastina. Sin embargo una parte se explica porque los jóvenes tienden a ser más impulsivos, pero también porque los trabajos académicos son una mezcla perversa de estas tres facetas. Para muchos estudiantes escribir o estudiar por una nota es una tarea tediosa que prefieren aplazar. Tener en cuenta cómo operan estas variables nos ayuda a ejecutar mejor en el día a día.

Autor: Carlos Andrés Vanegas
Artículo para la sección Management de la Revista Dinero

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