sábado, 9 de junio de 2012

“Tratar de ser exitosos antes que felices es una formula fallida”

Entrevista exclusiva con el profesor de Harvard Shawn Achor autoridad mundial en el campo de la felicidad y los negocios.



¿Cómo empezó a estudiar formalmente la felicidad?

Yo estudiaba ética religiosa en la Escuela de Divinidad de Harvard. Para entonces quería saber cómo nuestro pensamiento y nuestras creencias impactan la forma en la que actuamos en el mundo. En ese momento, investigadores en el Departamento de Psicología empezaron a plantearse preguntas similares, pero desde una perspectiva científica. Me invitaron a trabajar con ellos y allí me enamoré de la relación entre la ciencia y los pensamientos positivos. Es fascinante empezar a estudiar científicamente preguntas como ¿de dónde surge una dicha perdurable? ¿qué nos hace levantarnos cada mañana? ¿qué tanto podemos influenciar nuestro destino a pesar de nuestros genes? o ¿cómo nuestras buenas intenciones pueden tener un efecto transformador en el mundo?

Sin embargo, lo más interesante de toda esta experiencia fue poder colocar estos conceptos en la práctica durante la crisis económica global a finales de 2008. Desde entonces he tenido la oportunidad de trabajar temas de felicidad con compañías de 49 países en el mundo. Este enriquecimiento ha sido aun mayor que el de los hallazgos hechos anteriormente en el laboratorio.

¿Cuál es el principal hallazgo en sus investigaciones?

La lógica convencional de la mayoría de la gente es la siguiente: si trabajo cada vez más fuerte, algún día seré exitoso, y entonces seré feliz. El problema es que científicamente esta formula es errada. Cada vez que alcanzas un logro el cerebro reacomoda su propia definición de éxito. En ese sentido para mucha gente la felicidad representa una meta inalcanzable pues el objetivo final siempre va a estar en movimiento. 

No obstante hay una forma totalmente distinta de ver las cosas. La de ser felices en este momento. Cuando las personas son felices los estudios muestran que aumentan sensiblemente sus posibilidades de triunfar en la vida. La gran conclusión es que la felicidad es el motor del éxito personal y profesional. Tratar de ser exitosos antes que felices significar desaprovechar el potencial de nuestro cerebro.

¿Existe alguna medición concreta de estos resultados?

Mis investigaciones fueron portada de la publicación Harvard Business Review en enero de este año. Desde entonces ha sido el artículo más leído por varios meses consecutivos. Esto lo digo simplemente para mostrar que en efecto las compañías reconocen que la felicidad es importante para la productividad y que estamos fallando en este sentido. En concentro, mis investigaciones en Harvard muestran que existe una ventaja competitiva de la felicidad en las economías modernas. Las personas felices son en promedio 31% más productivas, muestran 23% menos síntomas de fatiga y cansancio, son tres veces más creativas, faltan 15 días menos al trabajo por incapacidad, y alcanzan 37% más ventas que el resto.     

¿Es posible aprender a ser felices?

El mito más grande de la felicidad es que las personas no pueden cambiar. Como si la felicidad fuera algo con lo que llegamos a este mundo. Pero la ciencia ha demostrado que esto no es correcto. La felicidad es una elección. Los genes son un punto de partida pero no la bandera final. En mi libro The Happiness Advantage exploro cinco hábitos, como el agradecimiento o el deporte, que pueden cambiar significativamente nuestra perspectiva de la felicidad. El cerebro se transforma constantemente, incluso en la edad adulta. Los estudios muestran que hasta dos minutos diarios en los hábitos correctos pueden generar dividendos para toda la vida.

Autor: Carlos Andrés Vanegas
@carlosavanegast

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