domingo, 17 de junio de 2012

Carta al hijo que aun no tengo



Amado hijo cuando tenía tu edad creía en el amor de dos niños.
Me fastidiaba que los adultos no valoraran mis sentimientos.
Solo yo sabía que era esperar una tarde entera frente a un edificio por una sonrisa.
Ahora que soy adulto puedo decirte que a veces no somos capaces de esos bellos detalles.
Entonces quiero decirte que si. Tu pequeño corazón puede amar.

Amado hijo la imaginación es tu mayor aliado.
Si quieres salir al parque en soledad, mirar al cielo y gritar... hazlo.
Grita con todas tus fuerzas. Hazles saber allá arriba de tu rebeldía.  
Cada fantasía en tu mente es como una moneda de oro de un inmenso tesoro.
Guárdalas, protégelas.
Aunque me había prometido nunca parar de soñar a veces hoy no tengo tiempo.

Amado hijo en este mundo todos somos carpinteros.
La vida se talla segundo a segundo.
A eso vinimos a este mundo. A aprender a valorar cada trazada.
Y aunque nunca nadie realmente logra la tarea.
Sé de corazón que tienes las manos de un maestro.

Amado hijo no puedo apartarte de la tristeza.
También tu corazón va a ser lastimado.
Y aunque no podré estar allí para preverlo.
Si puedo estar aquí. Siempre que me necesites.
Con hilo y aguja te voy a ayudar a reponerlo.

Amado hijo con el tiempo todos tenemos cicatrices.
Pero tal vez estas cicatrices son mensajes.
Tal vez las cicatrices son palabra escrita de los ángeles.
Allí nos recuerdan las travesías del camino.

Amado hijo lo más bonito de este mundo es simplemente eso.
Lo más bonito de este mundo es estar vivos.  
    
Carlos Andrés Vanegas
17 de junio de 2012

1 comentario:

  1. Que lindo mensaje, los niños son lo más puro que existe y una sonrisa de ellos te puede llenar el alma...A medida que crecen no podemos evitarles el dolor porque eso hace parte de la vida, los fortalece, les ayuda a crecer, a valorar...No importa la edad que tengan siempre vamos a estar allí para tenderles la mano. Mariu

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