miércoles, 20 de junio de 2012

En busca del tesoro

Pocas empresas son realmente excelentes en identificar y reclutar a los jóvenes con mayor proyección y talento. En este terreno, incluso una pequeña empresa bien preparada puede derrotar gigantes. Tácticas y estrategias para ganar la guerra de los nuevos talentos.


Usted y su equipo no lo saben pero existe alguien que los viene pensado noche y día aun sin conocerlos. Esta persona incluso los tiene presentes en sus oraciones, y por cuenta de ustedes se ha trasnochado más de una vez frente a unas fotocopias. Cuesta trabajo imaginar todos esos sueños y pensamientos en la mente de cada estudiante. Mucho más intensos y potentes para el caso de los más motivados y preparados.

En cada universidad, institución técnica o facultad están aquellos jóvenes a quienes les brillan más los ojos en clase. Los profesores lo saben y se reconocen al pasar. Los que hablan más de la cuenta, a pesar del disgusto de los demás, a los que probablemente llaman por su nombre en la biblioteca, participan en todo tipo de actividades, deportes, apoyo social y que muchas veces permanecen hasta más tarde que el mismo decano.

Ya sea por nobleza, impaciencia o simplemente por vanidad, estos estudiantes no paran de trabajar; lo quieren todo, idiomas, prácticas empresariales, publicaciones, viajes y las mejores notas.

Para ellos ese ¡quiero cambiar el mundo! no se quedó enterrado en los 70's y la carrera para lograrlo arrancó desde su primer día de estudio.

Ellos han hecho esto pensando en usted con fantasías sobre ¿cómo será mi primer trabajo? Entonces ¿vale la pena dedicar unos cuantos minutos para tratar de identificar cómo atraer y retener alguno de estos tesoros para su organización?

Estamos seguros de que algún joven talentoso visitó su mente en el primer párrafo. La buena noticia es que siempre van a existir jóvenes que parecen huracanes de nuevas ideas y motivación. Bill Gates ha dicho que “el valor de la gente joven es que está dispuesta a aprender”. De hecho, las compañías suelen apostar por ellos para contagiarse de su energía, ambición y de sus renovadas perspectivas.

Sin embargo, paradójicamente, el grueso de la vida empresarial actúa en forma displicente hacia los jóvenes. Sin embargo, en medio de tanto desinterés un grupo de empresas ha tomado la delantera dedicando todos sus esfuerzos y recursos para identificar y reclutar ¡lo mejor de lo mejor!

“Si Harvard es el paradigma de la vida académica, compañías como McKinsey, Microsoft, Google o Goldman Sachs, son las vedettes entre los jóvenes universitarios. Para ellos, una propuesta de trabajo de estas empresas es como haber ganado la lotería”, argumentan Chris Resto, Ian Ybarra y Ramit Sethi en su libro Recruit or die: how any business can beat the big guys in the war for young talent.

Bajo el liderazgo de Chris Resto, estos jóvenes autores están al frente del UPOP, el centro de apoyo a estudiantes para conseguir trabajo del Massachusetts Institute of Technology, MIT, con una visión única tanto de empresas como jóvenes para escribir su libro. Su argumento es apasionante: “aunque la fama y el dinero ayudan a conquistar los jóvenes más talentosos, lo realmente valioso es mantener un interés genuino en este propósito y aportar la mayor creatividad y esmero para lograrlo”.

Compañías como Microsoft, IBM, McKinsey, Boeing, GE, P&G o Google han logrado estructurar políticas y metodologías que van refinando año a año, con las cuales prácticamente toda la organización se paraliza para identificar a sus nuevos compañeros de trabajo. No es casualidad que lograr entrar a una de estas empresas haga sentir a un joven muy especial. Cuando estas “estrellas” pueden llegar a recibir más de 10.000 aplicaciones en cada ronda de trabajo, otras compañías no llegan ni a la docena.

Sin embargo, al estudiar los mejores modelos de reclutamiento del mundo, Resto, Ybarra y Sethi descubrieron que su éxito va más allá del dinero. “La clave es que estas firmas se aferran a un compromiso constante por reclutar siempre lo mejor ¡si nadie los convence prefieren no contratar! Con esfuerzo y creatividad estas empresas logran vender mejor la idea de ser los mejores”, argumentan los autores.

Oculto en la vanidad y las ínfulas de un recién graduado, por más talentoso que este sea, se encuentra un joven desorientado, lleno de ansias y expectativas por su primera oportunidad. Tal vez lo que realmente busca no sea prestigio, ni dinero, sino una empresa que se interese realmente por su desarrollo, un buen primer jefe, un lugar que sienta suyo y pueda ayudar a transformar. Y esto está al alcance de cualquier empresa.

De jeans y chaqueta

La primera recomendación de Resto, Ybarra y Sethi para las empresas que desean atraer el mejor talento joven es tratar de entender su perspectiva de la vida. La autora Sheila Curran del Duke University Career Center describe en sus libros las tremendas diferencias entre la generación de los llamados Mileniales y los Baby Boomers. Incluso empresas como Microsoft envían ejecutivos a las universidades simplemente para empaparse de la vida universitaria en actividades como deportes y reuniones sociales.

¿Qué piensan los jóvenes de hoy? ¿Qué opinan de mi organización? ¿Qué están escribiendo en redes sociales? “A un alto ejecutivo que arrancó su carrera con grandes dificultades en los 70's le cuesta trabajo captar que al graduarse los jóvenes modernos sienten que su carrera ya inició hace tiempo ¿cómo puede ser esto si nunca han trabajado?”, explican los autores.

Pero los jóvenes de hoy han estado tomando decisiones estratégicas desde los primeros semestres, buscando mejorar sus posibilidades de contratación. Y aquí un cambio de mentalidad clave para tener en cuenta: “los mejores perfiles no están preocupados por conseguir trabajo; todo lo contrario, su angustia es escoger la opción que les permita acelerar más rápido sus carreras”.

Frente a esta nueva realidad, las empresas tienen dos opciones: pensar que son unos ingenuos o aprovechar esta ambición para proponerles trabajos retadores que se ajusten a sus ilusiones. Hoy las nuevas generaciones crecieron viendo en televisión caricaturas como Pinky que en cada capítulo le pregunta a Cerebro ¿qué vamos a hacer hoy? y él contesta ¡dominar el mundo! Cada vez más desde el colegio hemos logrado venderles a nuestros hijos que ¡son el futuro!

Para ellos el primer trabajo es una ficha clave en el complejo entramado que desde hace años vienen estructurando para lograrlo. Las mejores compañías saben aliarse a los jóvenes y sus sueños. Google es el lugar para quienes sueñan con cambiar el mundo, McKinsey la oportunidad para, en los 20's, poder decirle a un experimentado ejecutivo qué hacer con sus negocios, Goldman Sachs para hacerse millonarios o Microsoft para trabajar junto a las personas más capaces del planeta.

Pero no se requiere ser un gigante para proponer una visión de aporte. Muchas organizaciones sin ánimo de lucro han logrado con su mensaje constituirse en los empleadores más apetecidos entre los jóvenes.

“Muy distinto al pasado, los jóvenes de hoy no sueñan con encontrar un trabajo para el resto de sus vidas. De hecho, proponerles esto es la mejor forma de ahuyentarlos”, opinan los autores.

Los jóvenes de hoy saben que les quedan muchos años por explorar lo que realmente quieren hacer y son capaces de percibir a kilómetros las compañías que sienten que los van a encasillar.

Entonces, la mejor estrategia en vez de tratar de retenerlos es ayudarles a que avancen en sus carreras proponiéndoles proyectos ambiciosos y dejando claro que gracias a la experiencia en su empresa van a poder encontrar mejores posibilidades. La industria de la consultoría, por ejemplo, tiene una ventaja en este campo pues les permite interactuar en diversos sectores. Pero también las empresas pequeñas tienen sus fortalezas pues en ningún otro lugar pueden sentir que son fundamentales para la operación. Todos los trabajos tienen el potencial de ser apasionantes, lo importante es la forma en que se afrontan.

El tesoro

De alguna forma en la batalla por el mejor talento joven las empresas deben aprovechar su vanidad y espíritu juvenil. “El error típico cuando las empresas están reclutando en las universidad es enviar a dar la charla a un veterano del negocio que probablemente ya no siente la misma pasión por lo que hace”, dicen los autores.

Recuerde que la clave es vender mejor que el resto, que su empresa es el mejor lugar para ir a trabajar. En las charlas de presentación las compañías experimentadas siempre van acompañadas de gente joven que recientemente ingresó a sus filas, como una imagen cercana a ellos de lo que significa el reto profesional, las oportunidades y la vida social en su organización.

“Los jóvenes son susceptibles de impresionarse por detalles que usted puede controlar de antemano. Tenga la seguridad que están hablando para bien o para mal de su proceso de selección: la dificultad del proceso, la improvisación, si fue en un hotel, el salario o los viajes, si hablaron personalmente con el gerente etc.”, explican Resto, Ybarra y Sethi.

A partir de historias, semestre tras semestre las compañías se van posicionando en la mente de los jóvenes, y por esta razón es fundamental cuidar los detalles, como llamar cuando se ha prometido hacerlo o agradecer a quienes no fueron favorecidos. En medio del nerviosismo y sus anhelos, los jóvenes les cobran muy caro sus los errores a las empresas.

Todo este proceso arranca con definir muy bien ¿cuál es el tesoro que busca su organización? Para alguna compañía puede ser deseable un joven con las mejores notas y lleno de ambiciones, mientras que a otras no les importen incluso los títulos y buscan principalmente gente con sentido de colaboración.

Particularmente en Estados Unidos se viene librando una batalla que resulta siendo nociva para los jóvenes. Estos autores documentan que, en medio de esta guerra, las empresas pueden llegar a pagar entre US$60.000 y US$120.000 a un recién graduado. Con bonos, carros y viajes las empresas seducen a los estudiantes más apetecidos. Este no es panorama deseable, ni para las empresas, ni para los jóvenes en Colombia.

Pero tampoco tiene sentido que nuestros jóvenes anden por ahí suplicando por su primera oportunidad sin ser tratados con el menor respecto. Usualmente, los mejores profesionales son una combinación de excelencia profesional, inmensas ganas y sencillez, y esto solo se construye con los años. Estos son los verdaderos tesoros que necesitan el país y su vida empresarial. Afortunadamente tenemos miles de ellos, es su tarea ir tras ellos.

Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Management de la Revista Dinero

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