sábado, 14 de julio de 2012

Distraídos

Al parecer la sociedad está llegando a un punto máximo de distracción. Como nunca antes, nos cuesta trabajo enfocarnos, concentrarnos y permanecer atentos en el trabajo, el estudio, en disfrutar la vida y, en general, las relaciones con los demás.


11:45 p.m. No logra dormir frente a su televisor, 'canaliando' entre las más de ochenta y pico de opciones disponibles. Después de tantas noticias, novelas y realities, la crisis financiera, el dólar, su cabeza está en otra parte como para poder descansar.

En este punto pareciera difícil lograr relajarse, así sea por pocos minutos para agradecer y decir “en estos momentos no hay nada que tenga más valor que dormir tranquilo(a)”.

7:45 p.m. Se está haciendo usual no comer juntos en familia. Le molesta que uno de sus hijos no haya hecho las tareas pues dedicó toda la tarde a jugar con su nuevo video juego.

6:00 p.m. En pleno pico y placa. Para hacerle el quite a algún parte prende el altavoz de su celular, lo esconde para así poder hablar mientras va manejando.

Algo está afectando nuestra capacidad para estar atentos. Con consecuencias mucho más perjudiciales de lo que creemos.

“Vivir seducidos por mundos virtuales, deslumbrados por personas que aparentan hacer mil cosas simultáneamente, la tecnología que en teoría nos conecta y una frenética obsesión por sentirnos en constante movimiento, son los terrenos de donde surge la distracción que está cambiado nuestras viejas formas de entender el tiempo y el espacio para siempre”, argumenta la autora Maggie Jackson en entrevista exclusiva.

Graduada de Yale y del London School of Economics, Maggie Jackson ostenta una larga trayectoria periodística trabajando aspectos como la familia y la importancia de conservar la esencia humana en nuestras relaciones. Reconocida por su afamada columna en The Boston Globe, Jackson sorprendió recientemente a todos con el argumento de su último libro Distracted: The erosion of attention and the coming dark age.

“La idea principal del libro es muy simple. La forma en que vivimos está erosionando nuestra capacidad para realmente prestar atención a los sucesos de la vida, que es la esencia de nuestra intimidad, sabiduría y progreso social”, explica la autora.

Utilizando metáforas y argumentos desde la literatura, psicología, medicina, tecnología, historia y filosofía, entre otros, esta autora analiza en detalle la distracción en el mundo moderno. Allí descubre que las personas que logran concentrarse no solo son más productivas en el trabajo o el estudio, sino también más felices y llevan una vida más gratificante.

Desde muy temprano, bombardeados por tecnología, estamos cultivando futuras generaciones cada vez más distraídas. Al perder nuestra capacidad de atención como sociedad en general, Maggie Jackson piensa que corremos el riesgo de llegar a una era oscura como otras sociedades en el pasado. ¿Qué implicaciones tiene vivir distraídos y cómo enfrentar este desafío?

El ocaso

3:30 p.m. Toma un respiro frente a su computador y se dispone a trabajar en un proyecto que tiene pendiente. Va a arrancar y... suena su celular, es un proveedor, un cliente o un amigo. Otro respiro, ahora sí... pero clic su computador le indica un mensaje nuevo. ¿Qué más da...?

Aprovechar para revisar el correo entero, navegar en rato en internet y de paso leer las noticias. En su libro Maggie Jackson incluye los resultados de una investigación de la experta en tecnología Gloria Mark de la Universidad de California. Según Mark, en un estudio de más de un año de duración en Estados Unidos se encontró que un ejecutivo promedio cambia de proyecto cada 11 minutos en el trabajo y que el 45% de las veces que se distrae lo hace por cuenta propia.

“Una vez distraído a un trabajador promedio le toma 25 minutos retomar una tarea. Estos retrasos llegan a sumar 2,1 horas diarias, ocasionando pérdidas hasta por US$58.000 millones al año”, registra Jackson en el libro. Particularmente, distintos estudios muestran que los ejecutivos más jóvenes tienen mayores dificultades para concentrarse. “Muchas veces nos sentimos frustrados porque no logramos que los ejecutivos más jóvenes se detengan a pensar con detenimiento una idea o enfocarse en un proyecto”, manifiesta un empresario consultado en la industria de la consultoría.

El reconocido experto en tecnología, Clive Thompson, afirma que precisamente “los software que crea el ser humano están especialmente diseñados para competir por nuestra atención”.

Si usted tiene un mensaje pendiente sin leer la única forma de saber si es relevante es abriéndolo, para cuando descubre que no era nada importante ya se ha distraído. Con estos argumentos, Maggie Jackson pretende derrumbar el mito del ejecutivo que en teoría es exitoso gracias a que realiza múltiples tareas a la vez.

Otra de las expertas que cita Jackson en su libro es Mary Czerwinski, PhD en psicología de la Universidad de Indiana, quien ha liderado proyectos para Microsoft en el desarrollo de recordatorios y notificaciones de tareas. Luego de estudiar por muchos años la forma en que la gente trabaja, Czerwinski concluyó que “la memoria es el talón de Aquiles de los ejecutivos que pretenden hacer muchas cosas a la vez. Se les olvida que los seres humanos tenemos una muy limitada capacidad para almacenar pequeña información clave para las actividades diarias en el trabajo”.

12:30 p.m. Es la hora del almuerzo pero por andar a las carreras hoy le toco un sándwich frente al escritorio. No se ha percatado pero con tantos pensamientos en la mente a veces ni siente lo que come, tarea que despacha lo más rápido que puede.

“La gente que logra enfocarse mejor tiende a tener menos miedos, frustraciones, tristezas y momentos de depresión. Esto básicamente porque disfrutan más los detalles de la vida”, agrega Jackson.

Según estadísticas, cada vez crece más el porcentaje de personas que comen fuera de casa, e incluso el 22% de las personas en Estados Unidos llegaría a preferir que la comida viniera en pastillas.

Es tan fuerte la tendencia a lo ficticio que a las personas ahora les gusta llevar vidas paralelas. Mundos virtuales como Second Life en internet ya tienen millones de habitantes. “Es por ello que debemos preguntarnos ¿es realmente esto desarrollo? ¿Estamos tan enamorados de nuestra tecnología que no queremos cuestionarnos por el impacto que tiene en nuestras vidas?”, plantea Maggie Jackson.

Claro oscuro

De origen francés, Albert Robida fue un escritor futurista en el siglo XIX. Imaginando el futuro, Robida alguna vez escribió: “me pregunto cómo encontrarán tiempo para disfrutar los más grandes placeres de la vida: silencio, calma, soledad. Sin haberlos conocido nunca no serán capaces de extrañarlos. Como yo sí los conozco, siento pesar por ellos”.

Tal vez la preocupación más grande de Maggie Jackson sean las nuevas generaciones. Solo basta con ver como los niños de hoy se comunican en internet, cuadros de texto se abren y se cierran con pequeñas trozos de conversación. Un joven a quien entrevistó la autora dijo: “personalmente, prefiero hablar con varias personas a la vez”. “¿Qué tan frecuentemente nuestros hijos van a experimentar los placeres de un pensamiento profundo, una conversación por horas o relajarse para encontrar tranquilidad espiritual?”, se pregunta la autora.

Muchos jóvenes aseguran preferir lo virtual, como es el caso de los noviazgos por internet que consideran más seguros. Pero los contactos cara a cara, que exigen la hermosa danza de leer el cuerpo y el lenguaje de los demás, son más impredecibles, son más apasionantes.

“Los computadores dejaron de ser herramientas para la mente para convertirse en motores de satisfacción para el cuerpo”, es una cita del autor Randal Walser en el libro Distracted. Corremos el riesgo de que las personas ya no quieran más socializar sino simplemente entretenerse. “Existe una delgada línea entre la riqueza en las relaciones que nos puede ayudar a forjar la tecnología y mundos hiperconectados llenos de relaciones vacías y caos”, argumenta Jackson.

Amanecer

Se encuentra en una típica presentación en el trabajo estilo PowerPoint. Se le escapa un bostezo de la pereza pues usted lo único que ve son viñetas con mensajes, sin argumentos. La presentación bien la pudo hacer su jefe o cualquiera de sus compañeros.

“Lo interesante de la atención es que se puede aprender, cultivar y enseñar”, agrega. Es en los terrenos de la educación formal y en familia donde podemos encontrar luz en este laberinto. Claramente, los libros no son la solución pero sí simbolizan la importancia de construir argumentos.

Maggie Jackson piensa que una formación en donde se enfatice el análisis crítico es clave para salir adelante en el mundo moderno. En una escena de la película Una mente brillante, sobre el premio Nobel de economía John Nash (Russel Crowe), en medio de su peor momento de esquizofrenia le pide a su esposa una oportunidad: su trabajo es resolver problemas, y este simplemente fue otro más en su camino. La inteligencia no es otra cosa que saber enfrentar los obstáculos en el camino, que hacia el futuro pueden ser defender nuestra humanidad, estar enfocados y disfrutar la vida.

7:00 a.m. Suena el despertador. Está en sus manos levantarse a realmente sentir y estar atento, sin distracciones, el tinto en la mañana, cada conversación, beso, caricia, proyecto, dificultad y oportunidad que hoy le presenta el mundo.


Autor: Carlos Andrés Vanegas
Para la sección Management de la Revista Dinero

2 comentarios:

  1. que gran artìculo.
    siempre es mejor parar y mirar que esta pasando con la vida personal.

    ResponderEliminar
  2. Carlos Excelente articulo!!!!! como siempre... nunca pierdas esa gran argumentacion que haces con tus articulos

    ResponderEliminar