Se
calcula que en algún momento la legendaria marca de motocicletas
Harley-Davidson, ícono del mercadeo moderno, tenía la capacidad de colocar
precios 38% por encima del mercado, aun frente a competidores japoneses como Honda,
Yamaha, Suzuki o Kawasaki. Tras cumplir cien años de historia, Harley-Davidson
reportó ingresos récord por US$4.600 millones.
La
arraigada imagen de rebeldía, todo un estilo de vida y una cultura alrededor de
esta marca, harían pensar que permanecería ajena a los vaivenes de los
mercados. Sin embargo, la presión de los commodities
llega incluso a las rutas menos transitadas. Para 2006, Harley-Davidson empezó
a sentirse acorralada. Por un lado, dos competidores locales, Victory y Big
Dog, con productos altamente personalizados, erosionaron la gama alta del
mercado logrando precios 41% superiores. Además, cambios en el mercado fueron
ampliamente aprovechados por la competencia japonesa con precios más competitivos
y diseños innovadores.
Las
nuevas generaciones empezaron a ver las Harley-Davidson como la moto de sus
padres su imagen masculina, poco favoreció al segmento femenino, el de mayor
crecimiento desde 2007. En suma, el precio de la acción de esta compañía se
viene desplomando en los últimos años y la producción cayó de 303.000 motocicletas
en 2008 a cerca de 273.000 en 2010. Acorralados, para tratar de defenderse,
Harley-Davidson empezó a competir en precios.
“En
mi experiencia, usualmente las compañías quedan atrapadas en guerras de precios
por no actuar con suficiente antelación”, asegura el profesor de la Tuck School
of Business, Richard A. D'Aveni, en su más reciente trabajo Beating the Commodity Trap: How to Maximize
your Competitive Position and Increase your Pricing Power.
Reconocido
en la lista The Thinkers 50 como uno de los principales autores de la gerencia
en el mundo, D'Aveni se hizo famoso con su publicación de 1994
Hipercompetencia. “Mi principal argumento es que las compañías actualmente
están enfrentando una virulenta forma de hipercompetencia. Esto es lo que
califico como la trampa de los commodities, que tiene la capacidad de destruir
industrias enteras y sacar del mercado compañías anteriormente rentables”,
asegura D'Aveni en su libro.
La
verdad es que en el mundo de hoy todo es susceptible de convertirse en un
commodity.
Para
este autor, la tendencia a competir exclusivamente en precios representa para
el mundo de los negocios del siglo XXI, lo que la peste negra a Europa en el
siglo XIV. D'Aveni muestra cómo industrias enteras se vienen a pique por una
malsana competencia en precios.
Aquí
no hay ganadores. Estudiantes de negocios y los líderes de hoy tienen que
preparase para defender sus márgenes. Pero antes deben conocer a qué se
enfrentan.
La
pregunta clave para el profesor Richard A. D'Aveni es ¿cómo queda una empresa
acorralada en la trampa de los commodities? Tras investigar más de 30
industrias distintas, D'Aveni llegó a la conclusión de que gran parte de los
enfrascamientos en guerras de precios tienen que ver con la actitud de los
ejecutivos, en lo que hacen y dejan de hacer.
Por
supuesto, mucho tiene que ver con cambios imprevistos en los mercados, como la
entrada de un nuevo jugador muy agresivo. Pero, según D'Aveni, “es más
frecuente que el ego y el afán de los empresarios por crecer, o la incapacidad
de planificar e innovar, dejen a sus compañías paralizadas frente a la
competencia”.
Las
recetas típicas para enfrentar las guerras de precios son reducir los costos o
tratar de diferenciarse en los mercados.
Sin
embargo, D'Aveni opina que no existe evidencia de que estas estrategias creen
ventajas sostenibles. Muchas veces pueden hacer incluso la situación más
difícil. “La gente sabe cuando algo no está funcionando, pero no hacen nada al
respecto. De aquí la importancia de un modelo que explique las trampas de los commodities y cómo resolverlas”,
consigna el autor en su libro.
Tres trampas
Tras
décadas de investigación D'Aveni concluyó que existen tres tipos de trampas de
los commodities. Como una presa sin escapatoria, cada uno de estos escenarios
impone grandes desafíos a las compañías. A la primera trampa D'Aveni la
califica como de deterioro. ¿Le ha pasado que pierde participación de mercado,
a pesar de que baja los precios para tratar de equiparar el mercado? Esta
trampa del deterioro se caracteriza porque un jugador ofrece menores precios a
costa de una caída en los beneficios de sus productos o servicios.
Según
D'Aveni, esta situación es particularmente difícil “porque enfrentarse
directamente al líder de costos en una guerra de precios puede acabar su
empresa, pero al alejarse queda relegado a nichos muy pequeños para sobrevivir”.
El profesor D'Aveni explica que tener participación de mercado dice muy poco
sobre la capacidad de defender precios. En estos mercados, usualmente, grandes
y chicos salen perdiendo.
Por
otra parte, como en el caso de Harley-Davidson, existe una segunda trampa que
el profesor D'Aveni clasifica como de proliferación, en donde las compañías se
ven atacadas desde distintos flancos. “Es una ironía que diferencias extremas
en los mercados resulten en commoditización”, asegura el autor. Pero aun cuando
no es tan evidente, suele suceder que una empresa quede acorralada en diversas
franjas de mercado.
Finalmente,
a la tercera y más temible de las trampas D'Aveni la denomina de escalamiento.
En estos casos, algún competidor del mercado tiene la capacidad de reducir sus
precios al tiempo que mejora los beneficios. Aunque es muy típica en
tecnología, donde se ofrecen productos cada vez más sofisticados a menor costo,
el autor asegura que puede suceder en cualquier industria.
Tal
vez la metodología más valiosa que el profesor D'Aveni presenta en su libro
tiene que ver con mapear los precios y
los beneficios a futuro.
Es
decir, una vez una compañía identifica una amenaza tiene que proyectar la
solución en el tiempo. Un caso perfecto es el iPod, de Apple. Era evidente que
la competencia reaccionaría a esta innovación, entonces Apple planeó ir
lanzando nuevos formatos de producto como el iPod shuffle y el iPod nano, para
frenar la entrada de competidores a bajo costo, sin sacrificar los márgenes.
Además,
visualizar el futuro permite desde ya innovar en proyectos y productos
necesarios para reemplazar los ingresos, cuando es evidente que uno no va a
poder competir con un líder de costo.
En
el influyente libro chino El arte de la guerra, Sun Tzu planteó: "aquel
que sepa cuándo puede y cuándo no puede pelear será el victorioso". Para
enfrentar las tres trampas de los commodities, el profesor Richard A. D'Aveni
plantea estrategias concretas que dependen de los factores: ambición, recursos
y el tamaño de la amenaza.
Por
supuesto, no es lo mismo luchar cuando se es grande que pequeño. En cualquier
caso, lo más importante para el profesor D'Aveni es la prevención. ¿Qué tan
enterado está de los movimientos de su industria y competidores? Una vez
identifica una amenaza a futuro, ¿qué tanto hace para enfrentarla? Imitar es
fácil, competir por centavos cuando se tienen los recursos también. Pero
innovar y proveer es difícil; sin embargo, es precisamente esto lo que hay que
hacer para no quedar atrapado en una guerra de precios.
Autor:
Carlos Andrés Vanegas
Para la sección
Management de la Revista Dinero
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