En
1935, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos organizó una competencia para
evaluar la próxima generación de bombarderos militares. Sin embargo, para
muchos, ahí no existía mayor competencia. De antemano se sabía que el Modelo
299 de la Boeing Corporation superaba ampliamente a sus competidores. No
solamente el Boeing 299 lograba cargar cinco veces más bombas que el resto,
además lo hacía al doble de velocidad.
Todos expectantes vieron alzar vuelo al fastuoso 299. Pero unos minutos más tarde, tras un giro inesperado, colapsó en una fuerte explosión. Dos de los cinco tripulantes fallecieron, incluyendo al experimentado piloto Ployer Hill. Y por ese incidente, Boeing casi queda en bancarrota.
Todos expectantes vieron alzar vuelo al fastuoso 299. Pero unos minutos más tarde, tras un giro inesperado, colapsó en una fuerte explosión. Dos de los cinco tripulantes fallecieron, incluyendo al experimentado piloto Ployer Hill. Y por ese incidente, Boeing casi queda en bancarrota.
Las
investigaciones posteriores demostraron que el piloto olvidó realizar un paso
crucial que terminó en una catástrofe. De ahí que la solución de Boeing fuera
tajante: hacer siempre una lista de
chequeo, que incluyera paso a paso las acciones a seguir.
Gracias
a este pequeño pero fundamental avance, no solamente el Boeing 299 logró ser
decisivo en la Segunda Guerra Mundial, sino, también, las listas de chequeo se
convirtieron en un estándar de la aviación internacional.
Esta
es la historia con la que arranca el fascinante libro The Checklist Manifiesto: How to Get Things Right. Su autor, Atul
Gawande, es profesor de la facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y
columnista frecuente de la revista The New Yorker. Su libro está tan de moda,
que incluso encabeza las listas de bestsellers del New York Times y actualmente
tiene las mejores calificaciones de los lectores en Amazon.com.
Atul
Gawande es un reconocido autor en el campo médico. Dos libros suyos, Better y
Complications, alcanzaron fama mundial. Como experto cirujano habla con
propiedad sobre la importancia de seguir y llevar buenas listas de chequeo en
cualquier operación de una organización.
El argumento
de este libro es sencillo pero poderoso. “El mundo ha alcanzado tal nivel de
complejidad que solo con las herramientas más simples se puede mejorar
profundamente el desempeño”, argumenta el autor.
La lista de Gawande
Atul
Gawande descubrió que a veces la confianza de los expertos causa estragos en
muchas industrias. Es por esto que en algunas industrias han aprendido a darle
un rol fundamental a las listas de chequeo como sucede en la aviación.
Un
ejemplo es la construcción. En Estados Unidos existen cerca de cinco millones
de edificios, y, aun con esta cifra, cada año se estima que apenas el 0,00002%
sufre daños severos. Analizando de cerca las mejores empresas de construcción,
Gawande pudo ver que sus proyectos son inmensas listas de chequeo que operan a
la perfección.
Lo
mismo sucede con las firmas de inversión. Se dice que el éxito del legendario
inversionista Warren Buffett se debe en parte a un proceso sistemático para
invertir. Es claro que, en medio del furor al invertir, es fácil perder la
cabeza y dejar escapar problemas obvios.
Atul
Gawande quiso llegar más allá y demostrar con hechos concretos el poder de las
listas de chequeo. El lugar obvio para hacerlo fue en su especialidad: la
medicina. Se estima que anualmente se realizan más de 250 millones de cirugías
de alta complejidad en el mundo, pero a pesar de la especialización, incluso
hoy, entre 7% y 13% tienen complicaciones.
Al
respecto, la medicina tiene identificadas las cuatro grandes causas de probable
fracaso: infección, sangrado, problemas con la anestesia y lo que podría
llamarse lo “inesperado”. Es por esto que en compañía de la OMS, Gawande diseñó
una lista de chequeo que pudiera ser utilizada en cirugías en cualquier parte
del mundo.
A
esta iniciativa se sumaron ocho hospitales interesados, en países tan diversos
como Tanzania, Inglaterra y Nueva Zelanda. Tras dos años de trabajo finalmente
pudieron obtener los resultados esperados. Sorprendentemente, en los ocho
hospitales de prueba con la lista de chequeo las complicaciones en las cirugías
se redujeron 36% y el número de muertes 47%. Incluso, en 2009, el estudio fue
publicado por la prestigiosa New England Journal of Medicine. Paradójicamente,
desde entonces, el volumen de hospitales interesados en el tema no ha sido el
que Atul Gawande esperaba.
Existe
la noción de que una lista de chequeo no es necesaria para las personas
expertas. Otra gente piensa que una lista de chequeo no deja espacio para la
creatividad. Pero lo más interesante en los estudios del profesor Atul Gawande
es que las mejores listas de chequeo son fuente de innovación.
En
algunos puntos muy concretos llegan a decir: pare ¿todo el mundo tuvo la
oportunidad de opinar sobre cómo vamos? Es momento de empezar a pensar en la
mejor lista de chequeo para su propia industria.
Autor:
Carlos Andrés Vanegas
Para
la sección Management de la Revista Dinero
Estoy totalmente de acuerdo con el mensaje que en esencia deja el artículo. Apoya mucho a la concentración y la disciplina además que permite generar un mayor enfoque al resultado. De una manera u otra terminamos aprendiendo lo importante que son para la vida.
ResponderEliminarSaludos,